Explicación del Salmo 80

Explicación del Salmo 80'

Indice de contenido:

Al parecer este es un salmo de lamentación, en el cual el Salmista expresa su inmensa necesidad de la intervención de Dios; algunos comentaristas menciona que este salmo puede haber sido escrito en el año 722 a.C en la cautividad de la diez tribus, cuando Samaria, la capital de Israel fue conquistada por los asirios (cp. 2 Re. 17:1-23).

La petición constante ante la contemplación de la miseria en la cual Israel había caído era un constante “restáuranos” y “haz resplandecer tu rostro sobre nosotros” (cp. vv. 3, 7, 19). Sin lugar a dudas este salmo nos permite reflexionar sobre la condición caída del hombre, sobre las ruinas de su propia existencia, lamentarse por ella y pedir a Dios su intervención.

Asaf era un sacerdote dedicado a la música, era uno de los más importantes músicos en la adoración del templo (1 Cr. 16:5-7), fue reconocido como autor de varios salmos (cp. 50, 70-83), y además como un vidente de Israel (2 Cr. 29:30), esto muestra la piedad y la entrega de Asaf dentro de la adoración y la espiritualidad de Israel.  Si aceptamos la autoría de Asaf sobre este salmo ¿Es posible fecharlo en el 722 a.C en la lamentación por la cautividad Asiria?

Sea como sea estamos ante un evento terrible, el salmista se siente compungido en extremo al ver la condición de su nación, lo cual requiere que Dios resplandezca sobre la vida de los Israelitas para que así sean restaurados tanto política como espiritualmente. En los salmos existe una relación directa con el estado político, económico y espiritual, con la relación que se tiene con Dios. En este caso el pueblo se encuentra sumida en una condición sin vida y destruidos físicamente a causa de la ira de Dios sobre ellos, la cual ha sido derramada en ellos a causa de sus pecados.

Versiculos 1 al 3

El Salmo comienza invocando a Dios, y dice “Presta oído” (LBLA) “te pido que escuches” (NTV) o “escucha…” (RV60), lo cual implica una petición de que Dios preste atención a su clamor. Y ahora su invocación es “Pastor de Israel”, el salmista llama a Dios, y le pide que preste atención al clamor de su pueblo como lo hace un pastor con una oveja herida o en peligro. El carácter de Dios como pastor es uno de los más hermosos en los salmos, y generalmente está relacionado con los salmos de confianza (cp. Sal. 23), aquí este título manifiesta la confianza del Salmista en Dios.

El que habita entre querubines, trae a nosotros la imagen celestial, pero muy posiblemente también la imagen del lugar de la presencia de Dios en el arca del pacto (ver este tópico), en el cual Dios estaba en medio de dos querubines (cp. Ex. 25:22), estos eran seres alados que sostenían el trono de Dios (Sal. 18:10; Ez. 1:26-28).

La suplica es ¡Resplandece! ¿Qué quiere tratar de decir el salmista aquí? LA versión NTV traduce como “despliega tu refulgente gloria”, lo cual implica mostrar su carácter con claridad. La Palabra usada aquí simplemente significa brillar, resplandecer o mostrar. Pero conforme al contexto y su conjugación adverbial es de entenderse que se refiera a mostrar su carácter, es decir, mostrar su reinado puesto que el está sentado entre querubines, el pastorea a su pueblo y además es el Dios de Israel. La NVI añade este versículo al orden lógico del versículo 2, sea cual sea la forma como lo veamos su significado básico se encuentra en el resplandor de la gloria de Dios favoreciendo a su pueblo. Este versículo 1 debe ser entendido como la invocación de parte del Salmista, apelando a su pacto, a su soberanía y a su relación con su Pueblo.

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Al nombrar tres de las tribus del reino del norte nos hace pensar que estaban sufriendo un ataque y que muy posiblemente fuese sido un salmo escrito en la época de la deportación asiria. Aun así debemos recordar que los salmos no pretenden situarse en un contexto histórico particular, buscan ser más bien pretender ser de forma singular atemporales. Este versículo dos también nos permite ver que se refiere con resplandecer, puesto que aquí se da otra petición ¡Despierta tu brazo! ¡Despierta tu poder! ¡Y ven a salvarnos! Es una súplica para que Dios intervenga poderosamente en la cause de la historia que al parecer era bastante desastroso.

Finalmente el versículo tres es un estribillo que se repite otras dos veces (vv. 7 y 19), lo cual nos permite entender este salmo como un lamento por restauración. La idea misma de la restauración muestra que lo que el salmista entendía era una eminente o ya cumplida destrucción. Pero a pesar de ver las ruinas no pierde la esperanza, puesto que cree en el Dios de Israel, aquel que habita entre querubines, y además es infinitamente poderoso para salvar, a este Dios clama ¡Restáuranos! (cp. Sal. 85:4; Lam. 5:21).

El resplandor del versículo 1, puede también ser el resplandor del rostro de Dios, ¿pero que entendía el salmista con el rostro de Dios y aun más con su resplandor? El rostro de Dios implica conocer a Dios, y en este caso darse a conocer de forma salvífica sobre su pueblo trayendo restauración. El resplandor del rostro de Dios implicaba la seguridad de la salvación (véase Sal. 4:6; 31:6; 67:1; 119:135; 6:25-26; Num. 6:25-26). Lo cual implica que Dios muestre su favor y su gracia de una forma particularmente clara, visible y palpable en medio de la decadencia social, física e espiritual de su Pueblo.

Versículos 4 al 7

Esta segunda parte del salmo muestra la razón por la cual se encuentra en aquella deplorable condición, Dios estaba airado con ellos (v. 4), por ende, estaban siendo alimentados por la tristeza (v. 5), estaban siendo despreciados y humillados por sus enemigos (v. 6). Pero lo primero que nombra no es esta condición para consigo mismos y los terceros, sino que además Dios no contestaba sus oraciones, era sordo a sus plegarias y suplicas ¿Por qué? Dios no les escuchaba pues estaba sumamente molesto con ellos.

La ira de Dios sobre su pueblo siempre es a causa de su pecado e infidelidad, la palabra literalmente significa “humo” indicando la profunda indignación que Dios tenia con su pueblo (cp. Sal. 85:5; Lam. 3:44). La sección comienza invocando nuevamente a Dios, pero volviendo a su nombre personal YHWH, por el cual recordamos constantemente su revelación a Moisés y su fidelidad al pacto. El pueblo de Dios viene a ser objeto de su ira cuando le son desleales (Deu 29:19-20; Jue 2:14; 2Sa 6:7; 2Sa 24:1; Sal 78:21-22; Sal 106:40; Isa 47:6).

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Pero la ira de Dios es precisamente porque los Israelitas han quebrantado el pacto, se han rendido a los ídolos y han vivido a espaldas de Él. Los enemigos de Israel han atravesado sus defensas, porque Israel mismo provoco la ira de Dios y hizo que el retirara su favor, aun a pesar de que Él es tan misericordioso.  Esto termino evidenciándose en la terrible tristeza y la destrucción de su nación. Dios mismo en el Nuevo Testamento advierte a las Iglesias que si no se arrepienten quitara de ellos el candelabro lo que muestra que, muchas congregaciones se extinguen a causa de sus pecados y de la ira de Dios sobre ellos.

En vista de la condición en la cual se encuentran vuelve a repetir la oración contenida en el versículo 3, pidiendo que Dios haga que su ira desaparezca, y en consecuencia ellos sean restaurados tanto política como anímicamente. Sus espíritus estarán felices y disfrutaran de la bondad de Dios, recreándose en su relación con Él.

Versículos 8 al 19

En esta última sección se contemplan dos partes, la primera trata sobre la redención de Israel en Egipto (vv. 8-11), y la segunda la condición actual del pueblo redimido, ahora está destruido (vv. 12-14). Luego se hace una rogativa más extensa por la restauración y el favor de Dios (vv. 15-16).

La vid:

La imagen de la vid es bastante nombrada en el AT, ya en el NT Jesucristo se proclama a sí mismo como la vid a su iglesia como las ramas de esa vid, mostrando así su unidad con la Iglesia. Dios desplanto Israel de Egipto y los trasplanto a una tierra donde fluye leche y miel (v. 8). Este proceso resume todo el éxodo por el cual paso Israel, fue el brazo portentoso de Dios que obro tal rescate y salvación.

Dios desplazo su gracia sobre su pueblo dándoles prosperidad, trato con ellas de tal forma que dieron frutos y se extendieron sobre la tierra prometida (v.9), hasta tal punto que su señorío era famoso entre las naciones su reputación fue grande en toda la tierra (v. 10). Esta vid debía dar los frutos esperado por su dueño, mas por el contrario mantenían su terquedad y se volvieron inútiles (cp. Jer. 2:21; Ez. 15:1-8; Mt. 21:33-43; Jn. 15:1-8).

Como símbolos de animales paganos (muy posiblemente extranjeros, más específicamente naciones enemigas) los jabalíes toman de su fruto, dañan sus ramas y su tronco, destruye su integridad. Todo esto básicamente porque Dios los ha abandonado y se ha apartado de ellos (cp. Jer. 52:12-14; Is. 5:5; Nah. 2:2).

Las peticiones de restauración vienen a ser reformuladas en los versículos 14 al 16, siguiendo la imagen de la vid. A causa del pecado y de la ira de Dios Israel se encontraba como una vid agonizante y destruida, mas ahora el salmista ruega para que su Vid se restaurada, llena de vida y de abundante fruto. Por eso mismo el salmista pide que muestre su rostro favorable para con su pueblo, pero por el contrario se muestre severo con sus enemigos. Mas lo que sucede en la historiad de Israel es lo contrario, Dios utiliza a los paganos para castigar a su propio pueblo.

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La petición que encontramos en los versículos 17 al 19 es la petición basada en la necesidad presente en los versículos anteriores. Pide fortaleza para la adversidad, sabiendo que existe una relación pactual con los Israelitas apela a que ellos son el hijo que Dios ha escogido. Y en consecuencia dice que al fortalecernos entonces no nos apartaremos de Él. La piedad, como un acercamiento genuino a Dios, depende  de las fuerzas que Dios da, así y solamente así, es que “no nos apartaremos de ti” (v. 18). Y allí nace una petición por avivamiento, ruega que restaure la vida en los Israelitas (cp. Is. 57:15; Sal. 85:6; 119:25, 37, 40, 156), esta petición está unida a una declaración lógica “entonces…” invocaremos tu nombre, la idea se encuentra más que todo en el versículo anterior, si Dios fortalece y reaviva su pueblo este le servirá fielmente, tanto en oración como en práctica.

El último versículo mantiene la misma idea comentada anteriormente, pero ahora añade “Dios de los ejércitos”, lo cual apela a su indescriptible poder. Pide al Dios que tiene a su mando el ejército más grande y poderoso de todos a su diestra, que restaure al pueblo de Israel y lo llene de vida. En última instancia este salmo es un reconocimiento de la necesidad que tiene el pueblo  de que Dios irrumpa en ellos para su salud, aun mas cuando el pecado doblega nuestra salud espiritual, más que aumentar en las disciplinas espirituales, debemos pedir a Dios que nos muestre su favor, haga resplandecer su rostro y nos restaure ¡Solamente así seremos salvos!

Perspectiva Novotestamentaria

El derramamiento del Espíritu Santo en el libro de los hechos nos muestra que en ocasiones cuando la valentía y la fuerza decaen Dios derrama de su favor sobre los discípulos haciéndoles testificar poderosamente y con una energía sobrenatural. Este derramamiento especial de su Espíritu ocurre en ocasiones para llevar a cabo una tarea especial en el tiempo. Lo que nos muestra el libro de los hechos es que esa tarea especial es la misma tarea que se nos ha dado a nosotros, testificar a toda criatura sobre el Evangelio de Cristo Jesús.

La idea del pecado como trayendo un desastre a la vida del pueblo también está presente en el NT, las obras de la carne solamente pueden traer un estado semejante al descrito en el salmo 80, una vida acabada por las consecuencias del pecado, abatida y vergonzosa ante el mundo y Dios. No por nada, Dios indica que quitaría el candelabro de algunas de las iglesias situadas en Asia.

Ver Jn. 14:9; Heb. 1:3; 2 Co. 4:6; Mt. 17:2.

La rogativa de este salmo tiene que ver con la restauración de la vida que se da por gracia, aunque el creyente no pierda su salvación, puede decaer espiritualmente, puede entrar en una progresiva decadencia espiritual. Lo que nos muestra este salmo es que es la intervención divina lo que permite la restauración en tales condiciones, es cuando Dios hace resplandecer su rostro sobre nosotros y inclina su brazo en nuestro favor que podemos tener vida nuevamente.

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