Habacuc 3:2
“Oh Jehová, he oído tu palabra, y temí. Oh Jehová, aviva tu obra en medio de los tiempos, en medio de los tiempos hazla conocer; en la ira acuérdate de la misericordia”.
En este versículo, Habacuc expresa su reverencia y su temor ante las visiones de juicio que recibió de parte del Señor. Y nos enseña cómo vivir a la luz del juicio y la salvación del Señor.
Análisis de Habacuc 3:2
El versículo 2 comienza la oración de Habacuc y a su vez, da inicio a la profecía que se encuentra desde el versículo 3 hasta el 15. Podemos dividir el versículo en tres partes:
Análisis de Habacuc 3:2a
“Oh Jehová, he oído tu palabra, y temí”.
Habacuc está haciendo referencia al anuncio de juicio que hizo el Señor en los capítulos 1 y 2. El término “palabra” se puede traducir como “anuncio” o “reporte”. La Reina Valera lo traduce como “palabra” para hacer referencia directa a la palabra del Señor que había venido a Habacuc en respuesta a sus oraciones.
Habacuc está haciendo referencia directa al anuncio de juicio de parte del Señor. El libro de Habacuc es una conversación entre Dios y el profeta. Dios responde a las dos quejas del profeta.
- En la primera, anuncia el juicio que vendría sobre el reino de Judá por su idolatría y perversidad. Los caldeos conquistarían el reino de Judá trayendo gran destrucción y desolación.
- Y luego, Dios anuncia el juicio contra los caldeos. El rey de Babilonia y su pueblo no quedaría impune por toda su crueldad, idolatría y maldad. Dios también anuncia juicio contra estos impíos.
Habacuc se llenó de temor por el anuncio del juicio del Señor. Recordemos que hasta este momento ninguno de los dos juicios había llegado. Habacuc 3:16 dice claramente que el profeta estaba a la expectativa de que el juicio de Dios llegará.
Y de hecho, es por eso que en Habacuc 3:17-19 el profeta declara su confianza en el Señor ante la hambruna y desolación que los caldeos causarían en el futuro cercano.
El temor de Habacuc viene al entender el anuncio de juicio: la ira, el furor, la severidad y la justicia con la cual el Señor juzgaría tanto a su pueblo como a los caldeos.
El juicio de Dios es terrible y produce una profunda sensación de temor y reverencia santos en los creyentes. Entender que Dios juzga con imparcialidad a cada uno, produce una vida de temor y santidad delante de Dios (1 Pe. 1:17).
El profeta deja la queja a un lado y se llena de humildad y temor delante del Señor. Y como veremos más adelante, el profeta ahora ruega misericordia.
Análisis de Habacuc 3:2b
“Oh Jehová, aviva tu obra en medio de los tiempos, En medio de los tiempos hazla conocer”.
Al principio del libro, Habacuc se quejaba porque Dios no hacía justicia y porque utilizó a un pueblo más impíos para juzgar la maldad de los judíos.
Sin embargo, ahora el profeta entiende que la justicia de Dios es certera, y aunque no llegue en el tiempo en que esperamos, cada uno recibirá el pago por sus pecados.
Por eso Habacuc pide al Señor que avive sus obras y que las haga conocer entre las naciones. Es una forma de decir: “Señor, trae el juicio que has anunciado; glorifícate en medio de los hombres; castiga a los malvados y salva a los tuyos”.
Ahora es interesante notar que este juicio le recuerda a Habacuc las obras de Dios del pasado. De hecho, Habacuc 3:3-15 hace referencia a las obras que Dios hizo desde el Éxodo de Egipto hasta la conquista de Canaán.
- Temán era el padre de los edomitas que a su vez eran descendientes de Esaú (Gén. 36:11). Posiblemente hace referencia a cuando pasaron por la tierra de Edom (Núm. 20:14-23).
- En el desierto de Parán ocurrieron muchos eventos bíblicos (Núm. 10:12; 12:16; 13:26; Dt. 1:1).
Y así sucesivamente.
Por eso dice: “aviva tu obra” y “hazla conocer”. Es como si Habacuc dijera: “vuelve a obrar como lo hiciste en el pasado. Destruye a todos enemigos y salva a tu pueblo”.
Análisis de Habacuc 3:2c
“En la ira acuérdate de la misericordia”.
Habacuc está pidiendo al Señor que muestre su misericordia en medio del juicio. El profeta le pide al Señor que no destruya por completo a su pueblo, ya que ellos también eran culpables de pecado como se muestra al principio del libro.
Por lo cual, Habacuc le ruega al Señor que no destruya por completo a su pueblo, sino que le muestra su misericordia y perdone sus pecados.
Mensaje de Habacuc 3:2
Habacuc 3:32 es un versículo bíblico que tiene un mensaje profundo y relevante para nuestros tiempos.
De este versículo bíblico podemos aprender por lo menos tres cosas:
Reverencia ante el juicio de Dios
El texto claramente nos enseña cómo debemos vivir delante de un Dios que juzgará severamente a todos los hombres y le dará a cada uno conforme a sus obras.
“Y si invocáis por Padre a aquel que sin acepción de personas juzga según la obra de cada uno, conducíos en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación” (1 Pe. 1:17).
El juicio debe hacer que nos conduzcamos con temor en este mundo. De hecho, los apóstoles utilizaron el juicio de Dios como una manera de aborrecer y de apartarse del pecado, pues el pecado es lo que produce el juicio de Dios (Éf. 5:6; 1 Tes. 4:6).
Misericordia en medio del juicio
El texto también nos muestra que Dios siempre muestra misericordia. Toda la Escritura nos enseña que el Señor siempre muestra su misericordia en medio de la ira.
En el diluvio, Dios no destruyó a toda la humanidad, sino que salvó a Noé y a su familia. En la destrucción de Sodoma y Gomorra, Dios salvó a Lot y a su familia.
E incluso, Dios promete salvar y preservar a un remanente escogido en el juicio que vendría sobre Judá (Jer. 23:3-6).
Y de igual manera, Dios ha preservado un remanente escogido será salvado en el día final. Dios salvó al conjunto de creyentes en todas las naciones que recibirán la vida eterna.
Salvación a través del juicio
El juicio y la salvación de Dios siempre están unidos. En el juicio a los egipcios, Dios salvó a Israel; en la destrucción de las naciones enemigas, Dios le entregó la tierra prometida a Abraham.
En el juicio a través de los caldeos fue la salvación de los justos que perecían en medio de la iniquidad judía. En el juicio de Babilonia, Dios rescató a su pueblo.
Y esto se ve más claramente en la muerte de nuestro Señor Jesucristo. En Cristo vemos el juicio y la salvación plenamente. Cristo recibió el juicio en nuestro lugar para darnos salvación. Salvación a través de juicio.
Si quieres profundizar más en este tema, te recomiendo el libro de James M. Hamilton Jr. “La Gloria De Dios En La Salvación A Través Del Juicio”.
