El capítulo viene a tratar el desenlace final de toda la historia. No fue necesario que Nohemí engendrara hijos para redimir a Rut, se necesitó que Rut fuera redimida para darle hijos a Nohemí.
Versículos del 1 al 2
Booz, aquel mismo día, hace una comparativa momentánea con los versículos finales del capítulo 3. Entonces, se dirigió a la puerta de la ciudad, el lugar donde se llevaban a cabo negocios, donde entraban los comerciantes, donde se sentaban los ancianos de la ciudad y se llevaban a cabo acuerdos delante de muchos testigos.
En ese momento paso la persona encargada de redimir a Nohemí y a Rut, en este caso, vemos que Booz espero, al verlo le dijo que se sentara junto con él y llamo a 10 ancianos de la ciudad. Todo indicaba que habría un asunto que tratar, un negocio que cerrar, un acuerdo al cual llegar. Debido a esto, todo se dispuso de esa manera frente a muchos testigos.
Versículos del 3 al 6
Todo empieza con los asuntos concernientes a la familia, Nohemi, ha regresado de Moab, y está vendiendo el terreno que le pertenecia a “nuestro hermano Elimelec”, como es bien sabido, esto tiene que quedar entre las familias, por lo que es necesario que alguien proceda a redimir.
Así que Booz procede al decirle que considero que debe informarle sobre este asunto y que debe proceder a comprarlo frente a estos testigos y los jefes del pueblo. Como vemos, es un acto público con personas que puedan dar fe de la responsabilidad y el procedimiento.
Booz no deja ver directamente que tenga un interés en comprar el terreno, aunque ciertamente lo tiene y está implícito. Al mismo tiempo, Booz deja ver que los únicos que podían redimir aquel terreno eran aquel hombre y Booz, por lo que era lo correcto y lo adecuado. Por tanto, este hombre debía decidir si redimir o no el terreno. Al hacerlo, daba lugar para que Nohemi recibiera el dinero correspondiente al terreno y poder vivir más cómodamente.
Ahora bien, el hombre responde “Yo lo redimo”, es decir, “yo lo compro”.
Una vez dicho esto, Booz procede a decirle otro asunto pendiente, y es que debe redimir a Rut también, puesto que al adquirir el terreno también adquiere a Rut la Moabita para darle heredad y no se olvide el nombre del difunto.
Ante ello, reconsidera la situación, y dice que entonces no puede redimir aquel terreno puesto que él dañaría su heredad, por lo que le cede su derecho a redimir. Aquí se muestra la astucia de Booz, el colocar la oferta sin ningún inconveniente, para saber si él está dispuesto a redimir el terreno por sí solo, y visto que procede, incluye el hecho de que también debe redimir a la viuda del difunto. Ambas cosas estaban puestas en el corazón de Booz, de hecho, podemos considerar que Booz estaba más interesado en redimir a Rut que a redimir el terreno, puesto que había hecho un juramento.
Versículos del 7 al 10
Para confirmar esto se llevó a cabo la transacción de la sandalia: intercambiaban sandalias de forma que este acuerdo fuese ha sido hecho lo más público posible, una manera muy puntual de enseñar a los que estaban presentes en las puertas de la ciudad que allí se había llegado a un acuerdo. En este caso, el texto es muy puntual al decir que era una forma de ratificar la redención o el traspaso de la propiedad al otro.
Es probable que este asunto de la sandalia provenga de la misma legislación que se encuentra en Deutoromio 25:7-10. Así, al decirle, cómpralo tú, y al quitarse la sandalia, se daba por cerrado el trato. Rut había sido redimida.
La proclamación de Booz es fascinante, como un acto más que publico, proclama que él proclama que ha comprado la propiedad Elimelec y sus hijos, al igual como ha tomado a Rut como esposa para perpetuar el nombre del difunto, y repite ¡Ustedes son testigos de esto!
Versículos del 11 al 12
Esto mismo aparece, pues, en la respuesta de los testigos, que debe incluirse los ancianos y muchos más en ello. Pero lo que invocan es el nombre de Dios sobre Booz, en especial sobre Rut, la bendicen y desean que ella sea fundamento de la edificación del pueblo de Israel. Que sea fecunda y de hijos que bendigan a la nación.
En este caso, se invoca el nombre de Dios para que Rut llegue a ser como Lea y Raquel, que ellas, con sus doce hijos, edificaron las doce tribus de Israel ¡La nación entera! Aquí la palabra edificar y a la concepción se relacionan, más allá del tema de la crianza, hay un asunto que está en las presuposiciones de la teología bíblica: la simiente prometida. En este caso se entiende que la bendición busca que Rut de hijos para el bien de Israel.
Al mismo tiempo, se invoca la bendición sobre Booz para que él sea un hombre “ilustre”, al mismo tiempo que él encuentre un renombre en Belén. Esto habla de su reputación y prosperidad, un buen nombre y una familia prospera, una bendición para un hombre que teme al Señor.
En la comprensión la descendencia, la familia de Fares llego a representar gran parte de la tribu de Judá (cp. Num. 26:20-22). La procreación y la descendencia viene a tener un significado tipológico, por medio del cual nacería uno que sería de gran bendición para Israel (cp. Mt. 1:3).
Versículos del 13 al 17
Finalmente, el texto nos dice que Booz tomo a Rut como mujer, casándose con ella. Y, por la gracia de Dios, el Señor le permitió concebir y tener hijos. Cosa que no había pasado antes, paso en un instante.
De aquí sucede otra bendición de parte de las mujeres para Noemí, que no la ha dejado sin un redentor, que llegue a tener renombre en Israel (¿Se refiere al redentor o al hijo?), esto es importante. Este mismo dará un renuevo a la vida de Rut, y será para ella su sustentador en medio de su vejez. Ahora, ¿Por qué? Porque lo ha dado a luz su nuera, que la ama, y ella es para ti mejor que siete hijos ¡Qué gran bendición la amistad!
Por los versículos, entendemos que esto era parte del nacimiento del niño, se contempla que ella lo toma en su regazo y se encarga de criarlo, de forma que fue para ella como un hijo.
Así, en el versículo 17, dicen que Noemí, como cuál Sara, ha tenido un hijo en la vejez. Este fue Obed, quien fue el padre de Isaí, Padre del rey David. Aquí vemos parte del propósito de toda esta narración, la idea de Dios guardar la estirpe y la generación de aquellos quienes reinarían en Israel. En última instancia se cumplen las bendiciones de que de esta Moabita surgiera la edificación de Israel. De allí sale el gran rey David, el dulce cantor del pueblo de Israel.
Pero para profundizar más en este tema tendremos que ver esto en la explicación de Rut 4:18-23.
