Genesis 15:7-21

Génesis 15:7-21 explicación: el sueño de Abram

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En Génesis 15:7-21, somos testigos de la revelación divina y la formalización de un pacto trascendental. Dios se manifiesta a Abram, recordándole su liberación de Ur y prometiéndole la tierra de Canaán como herencia perpetua. La duda de Abram, que busca una señal de la veracidad divina, nos muestra la humanidad en su búsqueda de certeza en la fe. Dios responde con una instrucción para realizar sacrificios, estableciendo así las bases para un pacto sagrado. A través de rituales que resonarían en la tradición israelita, Abram prepara el escenario para un encuentro divino, defendiendo la santidad de los sacrificios contra las aves de rapiña, hasta que cae en un sueño profundo, enviado por Dios, marcando un momento de oscuridad y revelación. Este pasaje no solo refleja la relación entre Dios y su pueblo elegido, sino que también establece un precedente para la comprensión bíblica de los pactos, la fe y la promesa de redención.

Versículos 7 al 11

El versículo 7 habla de Dios como revelándose, pero esto es algo que veremos constantemente en las Escrituras “el Dios que se revela en sus actos”, así como vemos el Dios que saco de Ur de los caldeos, también es el Dios que salva a Israel de Egipto, da la tierra de Canaán y envía a su Hijo, es Dios revelado en sus actos. Pero, ¿qué significaba o transmitía este acto que Dios habla en este texto? Lo que el texto nos transmite es que el propósito de este “sacar…” era para darle la tierra de Canaán, así mismo vemos que Dios también saco al pueblo de Egipto para darle aquella tierra, el acto de Dios al darle aquella tierra era un acto de redención donde el habitar implicaba una relación de pacto. La tierra, se nos dice, se le daría como herencia (cp. Gen. 13:15-17; Sal. 105, 11, 42, 44; Ro. 4:13).

La pregunta de Abram es extraña, ¿por qué preguntaría esto?, la pregunta es “¿cómo puedo saber que lo que dices es cierto…?”, parece ser una declaración de incredulidad, pese a la revelación de Dios (cp. Luc. 1:18, 34; Is. 7:11), en cierto sentido, Abram estaba pidiendo una confirmación para su fe (ver explicación de Génesis 15:1-6), al igual como muchos otros hombres han hecho en otras porciones de la Biblia.

La respuesta de Dios ante la pregunta de Abram parte del hecho de lo que habría de hacer y revelar a continuación, lo que vemos es una lista de sacrificios que Abram debía buscar y traer ante Dios, los cuales aparecen posteriormente en el sistema de sacrificios dados por Dios (cp. Lev. 9:2, 4; 12:8; 14:30; Sal. 50:5). Estos sacrificios cumplían la función de servir para el establecimiento del pacto. Al parecer Dios estaba creando las condiciones específicas para que el pacto se llevara a cabo (cp. Mt. 26:28).

Por tanto, Abram coloco a los animales unos al frente del otro y, aunque el texto no lo especifique, Dios había mostrado que habría de hacer un pacto. El comentario de Plenitud dice “[…] la ceremonia de concertación de un pacto, casi exactamente como se hacía en otras culturas mediorientales de aquellos tiempos. Los pactos bíblicos, así como los seculares, se concertaban con sangre”, lo que nos indica que Abram sabía lo que estaba haciendo y lo que esto significaba.

El comentario Hispano dice algo más detallado “[…] Como parte de la realización de pactos, los actos rituales eran muy importantes. En estos actos, los animales se parten por la mitad para un sacrificio. Las partes en alianza pasan por el medio concretando así solemnemente el compromiso. Luego se ofrecen los animales en sacrificio a la divinidad a quien se considera testigo de la alianza. Parte se deja para la comida ritual que se comparte. Abram prepara los animales y espera hasta el atardecer luchando con las aves de rapiña y con la angustia que se apodera de él por la tardanza de Dios”, en este sentido lo que nos dice el versículo 11 es que Abram espero por Dios, Él, al parecer, se había tardado demás por lo que se vio en la obligación de proteger los sacrificios para permanecer su integridad.

Las condiciones del pacto estaban listas, pero Dios tardaba.

Versículos 12 al 16

En esta actividad tardo cierto tiempo, lo más probable es que al anochecer las aves se fuesen idos, mientras que Abram le cayó un gran sueño, un sueño profundo u sopor, la palabra usada aquí tiene un uso que aplica para el caso cuando Adán cayó en un profundo sueño (Gen. 2:21) o el sueño que se apoderó Saúl y su comando enviado por Dios (1 Sam. 26:12), habla del sueño de los hombres en general (Job. 33:15), o el sueño profundo del perezoso (Pr. 19:15), al igual que el espíritu de sueño profundo enviado por Dios para los Israelitas (Is. 29:10). En la mayoría de los casos este texto se usa para indicar un sueño enviado por Dios para cumplir con ciertos propósitos.

Al mismo tiempo se nos dice que lo envolvió una gran oscuridad, o una oscuridad aterradora. La NTV traduce este texto de la siguiente forma “Al ponerse el sol, Abram se durmió profundamente, y descendió sobre él una oscuridad aterradora” (en este texto, antes de hablar de la oscuridad aterradora, aparece una partícula enfática). La idea es que algo se apoderó de él, un sueño profundo y una oscuridad aterradora lo sumieron, lo cual parecer ser semejante a una visión (cp. Dan. 10:8-9).

Por lo que Dios habla en esta visión, pero lo hace como si fuera un profeta, le indica lo que ha de suceder con sus descendientes (véase versículo 2), indicando que estos serían puestos como esclavos por cuatrocientos años, extranjeros en tierra extraña y maltratados. Pero, al mismo tiempo, Dios juzgará aquella nación y después de ello saldrían con grandes riquezas: serían salvados y bendecidos en aquel acto poderoso de Dios (cp. Ex. 11-12). Al mismo tiempo le indica que él morirá en paz, pero, en cambio, cuatro generaciones más los descendientes volverán a este sitio, la razón era porque la maldad de los amorreos (habitantes antiguos de Canaán) no había llegado a su cúspide, lo que confirma que la conquista en Canaán no era solamente una forma de darle la tierra al pueblo de Israel, sino también una forma de juzgar la maldad de aquellos hombres (cp. 1 Re. 12:40).

Versículos 17 al 21

El fuego aquí representado, la hornilla humeante y la antorcha encendida, pasaba entre los animales descuartizados. Estos dos objetos eran una representación del Dios que estaba estableciendo un pacto con Abram, pero ¿Por qué estas representaciones en concreto? En repetidas ocasiones el Señor es asociado con el fuego, en el contexto preciso de Génesis es relacionado con la zarza ardiente (Ex. 3:2-3; Jue. 6:21; 13:20; 1 Cr. 21:26). El asunto es que estas representaciones de Dios pasaban en medio de los animales, lo cual significa el hecho de que había un pacto (cp. Jer. 34:18-19) un compromiso a cumplir con las promesas, condiciones y pautas del pacto. Recordemos que este evento era clase de prueba o forma de hacerle saber a Abram que él heredaría la tierra que Dios le daría.

Al hacer un pacto con Abram, Dios hablo y afirmo que le daría aquella tierra.

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