Filipenses 1:9 explicación

Explicación de Filipenses 1:9-11

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Filipenses es una de las cartas que el apóstol Pablo escribió desde la prisión a la iglesia que él mismo había fundado en la ciudad de Filipos. En esta carta, Pablo expresa su gratitud, su gozo y su esperanza por los creyentes filipenses, a quienes considera sus colaboradores en el evangelio. También les anima a mantenerse firmes en la fe, a vivir en unidad y a imitar el ejemplo de humildad y servicio de Jesucristo.

En el primer capítulo, Pablo comparte su oración por los filipenses, en la que les desea que su amor abunde cada vez más en conocimiento y en buen juicio. ¿Qué significa esta oración y por qué es importante para nosotros hoy? En este artículo, vamos a analizar el significado y la aplicación de Filipenses 1:9-11, un pasaje que nos muestra el propósito y el fruto del amor cristiano.

Filipenses 1:9 explicación y significado

Ahora Pablo muestra cuál es su oración por los Filipenses, es un verbo deponente en presente indica la frecuencia con lo cual lo hace, ya que no es una descripción del momento. El contenido de la oración es descrito en este versículo hasta el versículo 11.

Este viene antecedida de una palabra importante que es “abundancia” o “desborde” se refiere a exceder una medida establecida, se utiliza en ciertos contextos cuando se dice que sobro comida en abundancia en el milagro de los panes y los peces (Luc. 9:17), la abundancia del amor es solicitada por Pablo en este y otros textos (1 Tes. 3:12; Ef. 1:8; 2 Co. 9:8), los requerimientos delante de Dios del Apóstol no conocen un límite medio vacío o medio lleno, se requiere abundancia, desbordamiento. Así como un hombre rico quiere pertenencia y dinero en abundancia, así deseaba ver prosperar los corazones de los Filipenses.

El amor:

Pablo ruega a Dios que el amor de los Filipenses abunde aún más y más, es decir, en un continuo crecimiento y expresión del mismo. Para Pablo el amor resume todo el cumplimiento de la Ley (Ro. 13:9ss), es la forma de mantener la unidad de la Iglesia (ver explicación de Filipenses 2:1-2), como también es la mayor de las virtudes cristianas (1 Co. 13:13) es la manera de soportarnos los unos a los otros (Ef. 4:2) parte del fruto del Espíritu Santo (Gal. 5:22) es la manera de servirnos correctamente (Gal. 5:13). En resumen, para Pablo el amor es parte esencial del fruto cristiano, de la edificación de la Iglesia, y de la gloria de Dios en medio de ellos ¡Claro que habría de pedir por el amor de los Filipenses!

En todo conocimiento:

Este conocimiento no es meramente algo adquirido por medio del estudio y las percepciones, puesto que para Pablo el conocimiento tenía serias implicancias prácticas. La abundancia en el conocimiento refería a saber cuál es la voluntad de Dios (Ro. 10:2; Col. 1:9), de esta manera el celo de los judíos estaba fuera de los parámetros por Dios. Parte de la meta a llegar de la Iglesia y por la cual se instituyen ministros dentro de las iglesias, es el poder llegar a la plenitud del conocimiento de Dios (Ef. 4:13) y adquiriendo así un discernimiento para la vida (Col. 1:10).

La renovación del nuevo hombre en Cristo incluye el conocimiento (Col. 3:10), puesto que este conocimiento es según la piedad (Ti. 1:1), esto es así porque el conocimiento de la verdad trae consigo una seria responsabilidad (Heb. 10:26).

Así que el apóstol pide a Dios que el amor de los filipenses abunde cada vez más en este conocimiento para vida eterna, un conocimiento que trae consigo verdadera vida en Cristo, un conocimiento profundo que penetra en lo profundo de la vida de cada uno nosotros. Lo que Pablo desea es que su conocimiento fuese más profundo, más próximo al corazón de la verdad, y de esa manera este conocimiento tuviera un mayor efecto en la vida de los Filipenses. El término es una forma intensiva, Vine comenta:

“[Es] un conocimiento más pleno, o un conocimiento pleno, una mayor participación por parte del conocedor en el objeto conocido, influenciándole más poderosamente”.

Discernimiento:

Esta palabra solamente es usada aquí, al parecer la palabra tiene que ver con percepción moral y espiritual. La NVI traduce como “buen juicio” la NTV traduce como “entendimiento” y la LBLA como “discernimiento”, podríamos decir que todas estas traducciones son sinónimas, no obstante, alguna que otra traduce como sensibilidad.

Lo que Pablo pedía delante de la presencia de Dios es que estos hombres aprendieran a discernir la voluntad de Dios y pudiesen dirigir sus vidas en los caminos iluminados por ese discernimiento. De esta manera, la solicitud de Pablo para con Dios era que el fuego del amor fuese un gran incendio, las aguas del conocimiento fueran un mar desbordado y el discernimiento fuese un sol alumbrando cada lugar.

Filipenses 1:10 explicación

Este versículo empieza con una declaración de propósito o resultado “con el propósito de…” “Para que…” (NVI) indicando así que la oración de Pablo es con una finalidad. Para que así “disciernan” palabra utilizada con mucha más frecuencia que la anterior, y significa “aprobar” es decir, dar el sello de aprobación a algo o alguien. Es decir, examinar con el fin de decidir, por ello requiere distinción para tomar una decisión. Ilustrativamente, se habla de aprobar los tiempos y por ello tomar decisiones, como cuando uno distingue las señales del cielo afirmando que va a llover o no (cp. Luc. 12:56), así la petición de Pablo es con la finalidad de discernir los tiempos para tomar decisiones conforme a la voluntad de Dios, guiados por el amor, el conocimiento y el discernimiento espiritual (ver también Ro. 2:18; 12:2; 1 Co. 3:13; 11:28; 2 Co. 8:8; Gal. 6:4; Ef. 5:10; 1 Pe. 1:7).

Pero ¿Qué debemos discernir? ¿Qué es lo que debemos percibir? Aquello que es mejor, aquello que tiene más valor, y así vivir. Claramente, el Apóstol estaba hablando bajo su propia convicción sobre aquello que tiene más valor para Él (ver explicación de Filipenses 3:2-6, comparar con Hch. 20:24), y con esto muestra que ellos deben aprobar esto y en consecuencia actuar así. Como el hombre que vendió todo cuanto tenía al considerar el valor de la perla y el tesoro que representan el Reino de los cielos (Mt. 13:44-45 c. Ro. 2:18).

Con la finalidad de que seamos 1. Puros (sin mancha, sin mezclas y aditivos, en el sentido moral implica santidad e integridad), y 2. Irreprochables (sin dar ocasiones al tropiezo, esto implica sin equivocaciones o faltas que se consideren de descrédito). Para el día de Cristo, esto es su segunda venida en gloria. El discernimiento de aquello que más vale trae como resultado la pureza y la integridad.

Filipenses 1:11 explicación

Llenos de fruto por medio de Jesucristo, esto es un equivalente a “puros e irreprensibles”, y la palabra “llenos” no recuerda lo dicho con anterioridad “abundar más y más…”, así que es una forma de expresar lo ya expresado. Pero con un elemento de relevancia inmensa, que es por medio de Jesucristo (genitivo de agencia personal) de manera que el agente del fruto es Cristo. Lo cual implica que el fruto proviene de Cristo y refleja a Cristo (Jn. 15:1-8), de manera que la figura perfecta del amor abundante, del conocimiento y el correcto discernimiento espiritual proviene de Jesucristo.

Estos son frutos de justicia, que deben ser representados por el carácter recto de Cristo, puesto que son por medio de Él (cp. 1:22; Ef. 5:9). Para la gloria y alabanza de Dios, indudablemente el más fuerte deseo de Pablo era la gloria y la alabanza de Dios (Ef. 1:6, 12, 14; 3:16, 21). En sus oraciones rogaba con profundo deseo por la edificación y la pureza de la Iglesia, por la abundancia del amor, el conocimiento y el discernimiento espiritual, con la finalidad de que Dios sea glorificado y alabado. En la Epístola a los Filipenses, la gloria de Dios está implícita y explícitamente expresada (2:11; 4:19-20; cp. 1 Tes. 2:12).

Filipenses 1:9-11 reflexión

En Filipenses 1:9-11, el apóstol Pablo nos presenta una oración profunda y llena de propósito, en la que pide que el amor de los creyentes no solo crezca, sino que lo haga de forma abundante y con dirección: en conocimiento y discernimiento espiritual. Esta oración nos enseña que el amor cristiano no es ciego ni superficial, sino que debe estar guiado por la verdad de Dios y por una comprensión madura de su voluntad. Pablo no ora por una fe vacía de contenido, sino por una fe viva que crece en sabiduría y se expresa en decisiones acertadas y vidas santas. En un mundo donde se valora el amor sin forma ni guía, este pasaje nos recuerda que el verdadero amor está anclado en el conocimiento profundo de Dios.

Además, esta oración tiene un propósito claro: que vivamos con pureza e integridad mientras esperamos el regreso de Cristo. Pablo desea que los creyentes aprendan a discernir lo que realmente tiene valor eterno, para así vivir de forma que glorifique a Dios. El resultado de este crecimiento espiritual es una vida llena de frutos de justicia que provienen de Jesucristo mismo. Esto nos muestra que no se trata de producir frutos por nuestras propias fuerzas, sino de permanecer en Cristo, de quien fluye todo lo bueno y santo. Al final, todo apunta a la gloria y alabanza de Dios, que es el centro de toda la vida cristiana. Esta oración no solo revela el corazón pastoral de Pablo, sino también el camino hacia una vida cristiana auténtica y fructífera.

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