Explicación de Filipenses 3:2-6

Huir de los perros Filipenses 3:2

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Filipenses 3:2-6 es un pasaje bíblico que contiene una advertencia y un testimonio del apóstol Pablo. En este artículo de blog, vamos a explicar el significado y la aplicación de este texto para nuestra vida cristiana.

La advertencia de Pablo es contra los falsos maestros que querían imponer la circuncisión y la ley de Moisés como requisitos para la salvación.

Pablo los llama “perros”, “malos obreros” y “mutilación” (v. 2), usando términos fuertes para denunciar su perversión del evangelio. Pablo afirma que los verdaderos circuncidados son los que adoran a Dios en el Espíritu, se glorían en Cristo Jesús y no confían en la carne (v. 3).

Versículos 2 al 6

Los perros mencionados en el versículo 2 se refiere claramente a los judaizantes, pareciera que los Filipenses no estaban en un peligro inminente como fue el caso de los Gálatas, pero sí que estaban presentes en aquella ciudad.

Algo que es extraño, ya que Filipo no tenía una sinagoga, como vemos en el libro de los Hechos, es posible que estos llegarán años posteriores luego de la plantación en la iglesia de Filipos. Estos son llamados quienes mutilan el cuerpo, de allí que se sabe que son estos los quienes querían circuncidar a la iglesia.

¿Cómo cuidarnos de ellos?

Nosotros somos la circuncisión, aquellos que por medio del Espíritu de Dios adoramos, nos enorgullecemos en Cristo (en él está toda nuestra gloria) y no ponemos nuestra confianza en esfuerzos humanos. La falsa circuncisión, en cambio, es aquella que pone su confianza en los esfuerzos humanos, adoran con meros formalismos carentes del Espíritu y están lejos de Cristo o lo creen insuficiente.

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Los versículos se unen de la siguiente manera: alegrarse en el Señor es una exhortación a afianzarse en la salvación, en este sentido les advierte de aquellos que van en contra de la salvación, y afirma en la identidad correcta de la circuncisión, en elemento que ellos pretendían dar para hablar de la salvación.

El tema que se presupone, y el versículo 4 nos confirma, es la confianza ¿Confianza en qué? En estar apegados a la verdad, a Dios, a la salvación y a su pacto según ciertos términos. Para aquella época era la circuncisión, entre otras cosas, pero para nosotros es Cristo y su evangelio. Sin obras, sin más ni menos.

En los versículos 4 al 6 Pablo afirma que, si él pudiera confiar en estas cosas, él sería él más confiando de todos, circuncidado no de forma tardía, sino según la ley al octavo día (muchos de los judaizantes eran prosélitos que habían sido circuncidados de forma tardía). Según su etnia israelita, de pura cepa, de la tribu de Benjamín, según la interpretación de la ley de la secta más estricta y celosa de todas (los fariseos), en cuanto al celo, un perseguidor de la iglesia, y según la justicia que la ley exige era alguien intachable.

Pablo afirma que no había alguien que pudiera ostentar una confianza legalista más que él, según estas categorías: etnia, obras, celo, doctrina, etc. ¡Pablo tenía de que gloriarse según los términos de los judaizantes! Pero esa no es la confianza cristiana.

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