Proverbios 423 Explicacion

Proverbios 4:23 Explicación | ¿Qué significa guardar el corazón?

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Proverbios 4:32 «Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida».

¿Qué significa guardar el corazón?

Guardar el corazón significa protegerlo de todo lo que entra en él, pero también de todo lo que sale de él: pensamientos, palabras, deseos, emociones, decisiones, etc. 

En Marcos 7:18-23, el Señor Jesucristo explica con claridad que las físicas y externas no pueden entrar al corazón. Solo las cosas espirituales pueden entrar al corazón. Por el Señor dice que la comida ni ninguna cosa externa pueden entrar al corazón, porque solo afectan el cuerpo, pero no el alma. 

En cambio las cosas espirituales sí afectan al corazón. Cualquier clase de pecado, pero también la palabra de Dios, la piedad y las cosas que Dios ha ordenado para nuestra santificación. 

El pecado contamina el corazón del hombre, pero la palabra de Dios lo purifica.

El Señor Jesús dice que lo que sale del hombre, eso contamina el hombre. Es decir, el corazón mismo es la fuente de maldad del hombre. Dejar que salga lo malo que hay en el corazón contamina nuestro ser interior. Y lo que sale de otros hombres también puede contaminar nuestro corazón. 

Guardamos nuestro corazón cuando lo mantenemos santo para el Señor protegiéndolo tanto de lo que sale de él mismo, como de lo que entra en él. 

¿Por qué es tan importante guardar el corazón?

«Porque de él mana la vida» es la razón que nos da Salomón, lo cual significa que el corazón que todo lo que somos y hacemos brota del corazón. Todo lo que el hombre es proviene de su corazón. Cuidar el corazón es cuidar la fuente de la cual mana la vida.

Si guardamos corazón de pecado y lo mantenemos en santidad y justicia, toda la vida que brotará será santa y justa. Pero si no guardamos nuestro corazón, entonces la vida que brotará será pecaminosa. 

El Señor Jesucrista nos enseña que lo más importante es limpiar lo de adentro que lo de afuera. Porque lo de adentro limpia lo de afuera (Mt. 23:25-26). Enfocarse solo en lo externo haría que fuéramos similares a los fariseos, los cuales solo vivían de las apariencias, pero en su corazón estaban muertos y llenos de pecado. 

La voluntad del Señor es renovarnos de adentro hacia afuera, limpiando los profundo para que lo externo también sea purificado. Lo que pensamos, deseamos, anhelamos, sentimos o albergamos en nuestro corazón determinarán nuestra conducta y nuestra manera de vivir. 

¿Cómo se guarda el corazón según la Biblia?

Veamos ahora las maneras en que la propia Escritura nos indica que tenemos que guardar nuestro corazón. Y vamos a comenzar por el propio contexto de Proverbios 4:23. 

¿Cómo se guarda el corazón según Proverbios 4:23-27?

Proverbios 4:23 no es un versículo aislado. De hecho, la idea de este pasaje continúa hasta el final del capítulo en el versículo 27. Y del versículo 24 al 27 Salomón describe tres cosas esenciales que debemos hacer para guardar nuestro corazón: 

  • Cuidar nuestra boca (vs. 24).  En otro pasaje, el Señor Jesucristo dice que «(…) de la abundancia del corazón habla la boca.» (Mateo 12:34-35). Y Santiago nos advierte del poder que tienen las palabras para maldecir y bendecir, destruir y edificar (Santiago 3:2-13). Cuidar nuestras palabras puede contaminar o limpiar nuestro corazón y el de nuestro prójimo. Con nuestras palabras podemos hacer pecar a otros, pero también podemos predicar el evangelio para su salvación y santificación. 
  • Cuidar nuestros ojos (vs. 25). Los ojos son utilizados como una manera de hablar de la codicia. El Señor Jesucristo dice que el ojo es la lámpara del cuerpo, lo que significa que lo que miramos y deseamos influye mucho en la cantidad de luz y tinieblas que hay en nuestro corazón (Mateo 6:22-23). Los ojos malos aumentan la densidad de las tinieblas de nuestro corazón porque no la iluminan y la llena de luz. Pero si el ojo es bueno, el corazón permanece en luz. Es importante mortificar los deseos de la carne y andar en el Espíritu (Gálatas 5:16). 
  • Cuidar nuestro andar (vs. 26-27). Se refiere a lo que hacemos, las decisiones que tomamos, las acciones. Cuidar nuestro andar es esencial para crecer en santidad y mortificar el pecado en nosotros. 

¿De qué otras maneras se ha de guardar el corazón? 

La Escritura nos da otros medios para guardar nuestro corazón y crecer en santidad. 

  • La palabra de Dios. Oír la palabra de Dios, guardar la palabra de Dios, obedecer la palabra de Dios, amar la palabra de Dios. 
  • La oración. La oración pública, privada y familiar; expresada en palabras y silenciosa. En todas sus formas, la oración es una manera de pedir la gracia de Dios para limpiar nuestro corazón del pecado. 
  • El bautismo y la Cena del Señor. Ambos como señales y sellos del pacto de Gracia en Cristo, fortalecen nuestra fe. El bautismo nos recuerda las promesas de Dios y nuestra determinación en seguir a Cristo. Y la Cena del Señor es un verdadero alimento espiritual a través de la fe. 

La pregunta 90 del Catecismo Menor de Westminster dice al respecto: 

«P. 90. ¿Cómo ha de ser leída y escuchada la palabra para que se haga eficaz para la salvación?

A fin de que la palabra se haga eficaz para nuestra salvación, hemos de prestarle atención con diligencia, preparación de espíritu y  oración; hemos de recibirla con fe y amor, atesorarla en el corazón y practicarla en la vida.»

A partir de aquí se derivan otras cosas más prácticas, tales como: 

  • Asistir regularmente al culto público y a las actividades de la iglesia. 
  • Tener cultos familiares con la esposas, los hijos y todos los que se encuentren en casa bajo la autoridad de la cabeza de hogar; leyendo y explicando la Biblia, orando y cantando salmos a Dios. 
  • Tener cultos privados regularmente.
  • Estudiar las Escrituras y hacer devocionales. 
  • Leer buenos libros cristianos. 

Sobre toda cosa guardada guarda tu corazón | reflexión

El pecado es engañoso y nos desvía de lo que realmente es importante, haciendo que generalmente nos enfoquemos en meras cosas externas y así nos olvidemos del corazón. 

Por eso es tan fácil para nosotros vivir de las apariencias. 

Pero si hemos entendido este pasaje, entonces tenemos que comenzar a prestar atención a cosas más internas: 

  • ¿Tus pensamientos agradan a Dios? 
  • ¿Te dejas llevar por los deseos malos de tu corazón? 
  • ¿Guardar odio, rencor o amargura hacia alguien?
  • ¿Sientes codicia o tienes pensamientos impuros hacia tu prójimo?
  • ¿Tienes envidia del éxito o de la prosperidad de tu prójimo?
  • ¿Te crees mejor que alguien más? 

Todas estas cosas están en el corazón y son las que dan origen a muchos otros pecados más. 

¡Atento a tu corazón! Examínalo con cuidado a la luz de la palabra, y santifica tus pensamientos, deseos y sentimientos para Dios. 

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