El Libro de Miqueas es uno de los libros proféticos menores del Antiguo Testamento. Miqueas profetizó durante un tiempo de injusticia social, corrupción política y espiritual, llamando al pueblo a arrepentirse y volverse a Dios. El libro contiene tanto advertencias de juicio como promesas de restauración, y destaca el tema de la justicia, la misericordia y la humildad ante Dios.
Capítulo 1: El juicio de Dios contra Samaria y Jerusalén
Miqueas comienza su profecía anunciando el juicio de Dios sobre Samaria, la capital del reino del norte, y Jerusalén, la capital del reino del sur. Dios descenderá desde Su trono celestial para castigar a las ciudades debido a su idolatría y corrupción. Miqueas describe cómo Samaria será destruida por su pecado, y las ciudades de Judá también sufrirán por su maldad. El profeta expresa su dolor y lamentación por la inminente destrucción.
Capítulo 2: La opresión de los poderosos y la promesa de restauración
Miqueas denuncia la injusticia social en Israel, especialmente la opresión de los ricos y poderosos, quienes planean maldad y se aprovechan de los pobres, robándoles sus tierras y propiedades. Dios advierte que castigará a estos opresores y que sus bienes serán tomados por otros. Sin embargo, al final del capítulo, Miqueas profetiza que Dios reunirá a Su remanente, como un pastor que cuida a su rebaño, y los guiará hacia la restauración.
Capítulo 3: Condenación de los líderes corruptos
Este capítulo está dirigido a los líderes políticos y religiosos de Israel, quienes han abusado de su poder. Miqueas los compara con carniceros que despedazan a su propio pueblo. Los profetas falsos también son condenados por engañar al pueblo con mensajes de paz mientras promueven la injusticia. Miqueas proclama que debido a esta corrupción, Jerusalén será destruida y el templo quedará en ruinas. Sin embargo, a diferencia de los falsos profetas, Miqueas habla con la autoridad del Espíritu de Dios.
Capítulo 4: Promesas de paz y restauración
Miqueas profetiza un futuro glorioso para Jerusalén después del juicio. En los últimos días, la montaña del Señor será exaltada, y todas las naciones acudirán a ella para aprender de los caminos de Dios. Habrá paz entre las naciones, y los conflictos terminarán. El capítulo también menciona la restauración del pueblo de Israel, que será reunido de su exilio y volverá a su tierra. Dios reinará desde Sión, y el remanente de Israel será fortalecido.
Capítulo 5: El Mesías prometido
Miqueas anuncia el nacimiento de un gobernante en Belén, quien será el Mesías. Este gobernante, que vendrá del linaje de David, será el salvador de Israel y traerá paz a su pueblo. A pesar de los asedios que enfrentarán, Israel será liberado por este pastor-rey. Miqueas también profetiza la derrota de los enemigos de Israel y el establecimiento de un reino de paz y justicia bajo el liderazgo del Mesías.
Capítulo 6: El juicio de Dios y lo que Él requiere
Dios presenta Su caso contra Israel, preguntando qué le ha hecho mal para que Su pueblo le dé la espalda. Recuerda cómo los ha librado de la esclavitud en Egipto y les ha dado líderes fieles. Miqueas presenta la famosa pregunta: «¿Con qué me presentaré ante el Señor?». Responde que Dios no desea sacrificios vacíos, sino que Su pueblo haga justicia, ame la misericordia y camine humildemente con Él. Dios condena la injusticia, la violencia y la corrupción, y advierte que el juicio es inminente.
Capítulo 7: La lamentación de Miqueas y la esperanza final
Miqueas lamenta la corrupción generalizada de Israel, donde incluso las relaciones más cercanas están llenas de traición. A pesar de esta desesperanza, Miqueas expresa su confianza en Dios, sabiendo que Él traerá salvación. Dios restaurará a Su pueblo después del juicio, y las naciones que se burlaron de Israel verán su restauración. El capítulo termina con una oración de Miqueas, alabando la misericordia de Dios y Su capacidad para perdonar los pecados de Su pueblo. Dios promete tener compasión de Israel y restaurar su relación con Él.