Continuando con parte de las explicaciones de Hechos, vamos ahora a explicar Hechos 2:5-11, un pasaje de suma importancia que debemos leer antes:
5 Moraban entonces en Jerusalén judíos, varones piadosos, de todas las naciones bajo el cielo. 6 Y hecho este estruendo, se juntó la multitud; y estaban confusos, porque cada uno les oía hablar en su propia lengua. 7 Y estaban atónitos y maravillados, diciendo: Mirad, ¿no son galileos todos estos que hablan? 8 ¿Cómo, pues, les oímos nosotros hablar cada uno en nuestra lengua en la que hemos nacido? 9 Partos, medos, elamitas, y los que habitamos en Mesopotamia, en Judea, en Capadocia, en el Ponto y en Asia, 10 en Frigia y Panfilia, en Egipto y en las regiones de África más allá de Cirene, y romanos aquí residentes, tanto judíos como prosélitos, 11 cretenses y árabes, les oímos hablar en nuestras lenguas las maravillas de Dios. 12 Y estaban todos atónitos y perplejos, diciéndose unos a otros: ¿Qué quiere decir esto? 13 Mas otros, burlándose, decían: Están llenos de mosto.
Ahora, procedamos a ver que nos quiere decir cada versículo de este pasaje:
Versículos 5 al 6
Como era de esperarse para aquella festividad en Jerusalén había hombres de todas las naciones. Estos varones eran llamados piadosos (ver Luc. 2:25; Hch. 8:2; 22:12), por lo cual Lucas pone la mira en aquellos que hablan eran aquellos que tenían cierta virtud (v. 5).
Cuando ocurrió todo este ruido las personas se reunieron a ver que sucedía (v. 6), la cantidad de personas son descritas como una multitud (Luc. 2:13; 19:37; Hch. 5:16) los cuales se reunieron para ver lo que sucedía. Lograron observar que estos judíos estaban hablando en su propio idioma, literalmente estaban pasmados de asombro ¿Cómo era esto posible? Ellos claramente los distinguían de sí mismos, puesto que no habían llegado con ellos, ni los habían visto en sus naciones, o en sus sinagogas, sabían que eran personas de Judea, o al menos de Jerusalén.
A los ojos de los judíos de Jerusalén, Galilea era una región de Palestina muy atrasada culturalmente y habitada por personas carentes de educación.[1]
La expresión se repite, al indicar que estaban pasmados y maravillados (v. 7a), lo cual indicaba un impacto por lo sucedido (Luc. 2:47; Hch. 8:9; 9:21; 10:45; 12:16), como también para la maravilla (4:13; 7:31; 13:41). Estas expresiones son sinónimas, y quieren indicar la reacción de los judíos ante el acontecimiento del derramamiento del Espíritu Santo. Lo que nos enseña es la razón de su expresión, y el testimonio de un evento histórico sin precedentes.
Versículos 7 al 11
En esta sección Lucas recoge las mismísimas palabras de los hombres que vieron a aquellos discípulos hablar en lenguas y llenos del Espíritu Santo, podemos encontrar varias observaciones:
- Su estado emocional: estaban asombrados porque unos Galileos estaban hablando en su propio idioma (v. 8), Lucas es muy explícito al utilizar los términos pasmados, asombrados y maravillados por lo que estaban presenciando.
- El gran repertorio de idiomas: los discípulos estaban hablando en la lengua materna de los judíos que venían de todas las naciones, Lucas menciona a personas de todos lados dice: Partos, medos y elamitas, habitantes de Mesopotamia, Judea y Capadocia, del Ponto y de Asía, de Frigia y Panfilia, Egipto y de la región de Libia que está junto a Cirene, visitantes de Roma, judíos de nacimiento como prosélitos, cretenses y árabes. Lucas enumera quince naciones, y las enumera en una forma especialmente lingüística, para hacer ver que el evangelio, con la llegada del Espíritu Santo, supera todas las barreras del idioma.
- El contenido de las lenguas: las lenguas hablaban de las maravillas de Dios (v. 11), lo que posiblemente significaba acerca de los hechos y atributos de Dios (cp. 1 Pe. 2:9).
Versículos 12 al 13
Lucas vuelve a llamar la atención sobre el estado emocional de los judíos, y dice que estaban todos atónitos y perplejos (v. 12), la primera palabra ya fue usada por Lucas en versículos anteriores, pero esta segunda palabra significa estar totalmente perplejo (ver 5:24; 10:17; Luc. 9:7; 24:4), este está compuesto por una partícula intensiva y lleva consigo un asombro acompañado de mucha fuerza.
La pregunta que surge de este estado de ánimo es ¿Qué quiere decir eso? Es decir, ¿Qué significado tiene esto que ha acontecido? Ellos sabían que esto no era algo que pudiera ocurrir naturalmente, era un milagro de una forma muy extraña. Este era un evento que para ellos requería interpretación por varios factores: en primer lugar, era algo que nunca habían visto y, además, estaba relacionado con el contenido, las maravillas de Dios.
Pero había otro grupo que decía que ellos estaban borrachos, al parecer lo decían con bastante desdén y sin consideración de la maravilla. Lo decían burlándose (aquí y en 17:32). La acusación es la de un vino nuevo, o un vino embriagante, que se usaba explícitamente con la finalidad de caer en sopor bajo el alcohol. De la palabra griega viene nuestro término glucosa, porque se refería a un tipo de vino dulce con cierto grado de fermentación (v. 13).
[1] Hendriksen, pag. 86