Interpretación de los sueños del faraón

Genesis 41 explicación: interpretación de los sueños del faraón

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Génesis 41 nos lleva a un punto crucial en la historia de José, donde su capacidad para interpretar sueños, donada por Dios, lo saca de la prisión y lo lleva a la posición de segundo al mando en Egipto. En los primeros versículos, Faraón tiene sueños perturbadores que nadie puede interpretar, lo que lo lleva a recordar a José, quien había interpretado correctamente los sueños del copero y el panadero. José, con humildad, atribuye la interpretación a Dios y revela el significado de los sueños de Faraón: siete años de abundancia, seguidos por siete años de hambruna. Además, José ofrece un plan estratégico para manejar la crisis, ganándose así la confianza y la admiración de Faraón, quien lo nombra como administrador de toda la tierra de Egipto. Este capítulo destaca la providencia divina y la sabiduría de José, preparando el escenario para la reconciliación con su familia y la preservación del pueblo de Israel.

Versículos 1 al 8

Pasado dos años, se nos dice que Faraón tuvo un sueño, al igual como el copero y el panadero tuvieron un sueño. Nos dice que en este sueño Faraón estaba parado junto al río Nilo, cuando aparecen siete vacas hermosas y gordas que se pusieron a pastar entre juncos. La segunda parte es semejante, pero en este caso serían vacas feas y flacas que se paran delante de estas. Lo que sucedió, luego de esto, es que estas vacas flacas y feas se las comieron. Tuvo que haber sido un sueño muy perturbador.

Como hemos mencionado anterior en Génesis 40, los egipcios creían mucho en la interpretación de sueños y, pocas veces, alguien tendría un sueño de estas características y no se despertaría lleno de una tremenda angustia.

Podemos imaginarnos al Faraón despertarse alebrestado y diciendo ¿Qué significa todo esto?

No obstante, el texto parece indicar que aquello no lo perturbo. Así que se volvió a acostar y dio que ocurrió un sueño semejante, uno de espigas grandes y hermosas que crecían de un solo tallo, pero luego una espiga delgada y quemadas por el viento del este, e igualmente que el sueño anterior estas espigas se comieron a las otras.

Cuando se despertó se dio cuenta de que era un sueño, pero a la mañana se levantó muy preocupado, tan preocupado que mando a llamar a todos los magos de Egipto para que le dieran su interpretación.  Pero nadie, absolutamente nadie, pudo interpretar correctamente el sueño del Faraón.

Así, el don que Dios le había dado a José, rendiría su fruto para un propósito mayor y daría el cumplimiento del sueño que Dios le había dado a él personalmente.

Versículos 9 al 24

El jefe de los coperos reconoce que lo que ha hecho, olvidar a José, ha sido un grave error que no había reconocido. Esto no para sí, sino en una conversación con el Faraón. Y es aquí donde narra el evento pasado, indicando que había un hombre que había interpretado dos sueños y tal interpretación se había cumplido al pie de la letra.

Es a causa de esto que el Faraón manda a llamar a José, de forma que inmediatamente lo sacaron de la cárcel (todo paso muy rápido). José, luego de afeitarse y cambiarse la ropa, se presenta como un hombre digno ante la presencia del Faraón, y este le cuenta su sueño.

Lo interesante es que su primer encuentro se trata de la interpretación, Faraón dice que él ha escuchado de que puede interpretar sueños, pero José dice que no es él quien interpreta sueños, sino Dios quien da la interpretación. La humildad de José no es falsa modestia, es simplemente la realidad. El don dado a José fue reconocido por él en el evento pasado, y ahora se repite.

Por consiguiente, el Faraón narra la historia de su sueño, en este caso con un poco más de detalle, pero en esencia con los mismos hechos y significados.

Versículos 25 al 36

La interpretación de José es indicativa de que Dios le ha dado sabiduría y la interpretación correcta. Primero, afirma que el sueño realmente es uno solo, esto es, no que no haya tenido dos sueños, sino que estos realmente se refieren a un mismo asunto. Además, Dios estaba anunciando al Faraón que hacer. Esto es demasiado bueno.

Así, le dice que son 7 años y 7 años, un total de 14 años en los que Dios proveerá en abundancia y dará unos grandes escases. Tal cual como estaban las cosas, Dios estaba mostrando al Faraón que hacer (pero no solamente en el sueño, sino también por medio de José). Después de señalar el significado de los símbolos, José señala además que el hecho de haber soñado en dos ocasiones confirma el hecho de que Dios había resuelto ejecutar todo esto.

Pero José no se quedó simplemente con darle una interpretación al Faraón, sino que además sirvió de forma completa, dándole un consejo muy útil. Por lo cual, dijo que buscara un hombre competente y sabio para asignar a cargo de toda la tierra de Egipto. Además, debería nombrar inspectores en todo Egipto para que se recaude la quinta parte de la cosecha (20% del total), de esta forma se guardara alimento para hacer frente a los años de pobreza y hambruna.

Versículos 37 al 40

Claramente, la competencia y la sabiduría de José se habían hecho evidentes en ese instante. El contexto nos muestra que los sabios de Egipto no habían podido comprender el misterio de los sueños del Faraón. Había quedado en evidencia que el verdadero sabio era José. Por esto, al tomar la decisión, coloca como testigos a sus servidores y cerrando el pasaje al colocarlo como su mano derecha y como autoridad superior sobre todo Egipto.

Versículos 41 al 57

Lo que se relata a continuación es la ascensión de José como oficial del Faraón, tanto fue así que mando a los egipcios que se inclinaran ante José. A este también se le cambió el nombre a Zafenat Panea y le dio como esposa a una hija de sacerdote de la ciudad de On. Así, José quedo a cargo de Egipto (la expresión usada aquí muestra que este es parte del propósito de José). Se nos narra que esto sucedió cuando José tenía unos 30 años.

Después de la profecía/interpretación de José, es de esperarse que todas estas cosas acontecieran, así que cuando esto sucedió no solamente recibió una esposa, sino también hijos que representarían su consuelo en medio de Egipto. A uno de ellos le puso Manases que suena parecido a “hacer olvidar”, y afirma así que Dios ha hecho que se olvide de sus problemas y de su casa paterna, pero también tuvo otro hijo a quien le puso Efraín, que suena como la palabra fecundidad o fecundo, porque Dios lo había hecho ser fecundo en la tierra en la que él ha sufrido.

Tanto el olvidar su casa y sus problemas, como ser fecundo en medio del sufrimiento, son cosas que revelan un enfoque en la condición caída y muestran gran parte del panorama de esta historia.

Lo que termina sucediendo en el relato abre paso a la siguiente sección del libro de Génesis, en el que la familia de Jacob es nuevamente implicada y sucede toda una travesía en torno a la identidad de José y la condición de necesidad de sus hermanos. Al final termina relatando una de las historias más conmovedoras de la Biblia y señalando así que el propósito de Dios era mayor en este aspecto.

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