El Jardín del Edén, más allá de ser un mero escenario físico, es un símbolo de la relación entre Dios y sus criaturas. Representa un ideal de provisión, belleza y elección moral (algo muy particular en el libro de Génesis). La descripción de este jardín nos invita a reflexionar sobre la abundancia de la creación y el lugar del ser humano dentro de ella, así como las decisiones que definirán su destino.
Génesis 2:8-9, Reina-Valera 1960:
8 Y Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso allí al hombre que había formado. 9 Y Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer; también el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal.
Versículos 8 al 9
Como observamos hacía falta alguien que labrara la tierra, la Escritura afirma que Dios hizo un jardín y este jardín lleva por nombre Edén. El jardín tendría que ser con ciertas características no artificiales, es decir, con árboles de todo tipo, criaturas a su alrededor, y con respectivas fuentes para su cultivo.
La imagen del jardín es bastante amplia en la Escritura, Logman III comenta en forma resumida sobre este sentido al decir que:
“A lo largo de la Biblia, el jardín como espacio bien regado y apartado para el cultivo intenso de plantas es una imagen tanto de la naturaleza como del espacio sagrado. A nivel literal y físico, el jardín es un lugar de vida ricamente alimentado, bien cuidado y diseñado para el disfrute de sus dueños humanos o residentes. Como tal, es un criterio de prueba para temas como la provisión, la belleza, la abundancia y la satisfacción de la necesidad humana. Después del cielo, es la imagen preeminente del anhelo humano.”
En este sentido, el huerto, con toda su riqueza de simbolismos y significados, implica una realidad sobre lo que Dios desea para sus criaturas. El término paraíso, el cual siempre relacionamos con placer, hermosura y gloria, es una versión de la palabra huerto o jardín. El huerto es una figura de abundancia, de riqueza y prosperidad, en el sentido más pleno de la palabra. Y es la imagen del orden, la armonía y la riqueza en su plenitud, la expresión de que Dios vio que todo era muy bueno (en Génesis 1:31).
El huerto del Getsemaní, como diría Logman III, comparte algo importante con el Paraíso original: es un espacio sagrado en el cual se toma una decisión radical que cambia el curso de la historia de la humanidad.
Después de entender esto, vemos una descripción del jardín, allí estaba el árbol de la vida y el árbol del bien y del mal. La idea aquí es tanto de prueba, como también de provisión, ya que se nos describen estos dos tipos de árboles: aquellos destinados para el sustento humano y animal, como aquellos dos que tendrían un significado espiritual y transcendental en la historia de la redención.
