Génesis 2:4-7 explicación, breve y detallada

Génesis 2:4-7 explicación

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En el vasto relato de la creación, Génesis 2:4-7 destaca por su enfoque particular en el hombre y su relación con el entorno. Este artículo busca desglosar y explicar estos versículos, ofreciendo una visión detallada de su significado y relevancia.

Génesis 2:4-7, Reina Valera, 1960:

Estos son los orígenes de los cielos y de la tierra cuando fueron creados, el día que Jehová Dios hizo la tierra y los cielos, y toda planta del campo antes que fuese en la tierra, y toda hierba del campo antes que naciese; porque Jehová Dios aún no había hecho llover sobre la tierra, ni había hombre para que labrase la tierra, sino que subía de la tierra un vapor, el cual regaba toda la faz de la tierra. Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.

Génesis 2:4-5 explicación 

El texto comienza en el quinto día de la creación, señalando un cambio en la narrativa hacia el ser humano. Nos informa que, inicialmente, la tierra carecía de vegetación, no por falta de capacidad productiva, sino por la ausencia de agua y de un cultivador.

La solución al primer problema era simple: la lluvia. Sin embargo, resolver la falta de un agricultor era más complejo, implicaba la creación de un ser capaz de cultivar la tierra. La palabra hebrea empleada aquí, ‘abad (עָבַד), se refiere a trabajar diligentemente, ya sea como siervo, subordinado o incluso como un siervo de alto rango.

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Génesis 2:6-7 explicación

El versículo 6 aclara cómo se manejaban las aguas en ese entonces, preparando el escenario para el siguiente acto divino. La Escritura relata que Dios formó al hombre del polvo de la tierra, utilizando la palabra ‘yatsar’ (יָצַר), que evoca la imagen de un alfarero o fundidor, moldeando su creación con atención y propósito. Luego, al soplar el aliento de vida en sus narices, el hombre se convierte en un ser viviente, un alma que respira y existe gracias a la chispa divina de vida.

Conclusión

Génesis 2:4-7, al igual que gran parte del libro de Génesis, nos invita a reflexionar sobre el origen divino de la vida y la íntima conexión del hombre con la tierra y su Creador. A través de estos versículos, se nos presenta una imagen poética y poderosa de la creación del hombre, no solo como un acto físico, sino también como un gesto lleno de intención y cuidado por parte de Dios.

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