El capítulo 50 de Génesis es un relato cargado de emociones, gestos solemnes y profundas reflexiones sobre la vida, la muerte y la reconciliación. Este capítulo cierra el libro de Génesis y nos presenta un desenlace conmovedor tras la muerte de Jacob, uno de los patriarcas más importantes del Antiguo Testamento.
Contexto de Génesis 50
El contexto apunta a Génesis 49:29-33 como el efecto más reciente sobre los acontecimientos del capítulo 50. Hasta cierto punto, las indicaciones sobre la muerte de Jacob y las mismas indicaciones de José hacen una sección temática. En este caso, la descripción deja claro que es una forma de reunirse nuevamente con sus familiares, específicamente con sus esposas.
El versículo 33 indica que él se acostó y exhalo su último aliento, pero al mismo tiempo nos dice que fue a reunirse con sus antepasados, ¿Esto se refiere al cielo o la sepultura? Parece indicar más un significado espiritual, ya que lo que ocurre en el capítulo 50 se nos narra todas las gestiones para su sepultura.
Versículos 1 al 6
La reacción a la muerte de Jacob es la de alguien a quien se le debe dar honra, en primer lugar el abrazo de José lleno de lágrimas índica que su muerte fue motivo de tristeza. Además, se le embalsamó como era de esperarse de alguien con tal importancia (duro 40 días como era requerido), y Egipto entero guardo luto por la muerte de Jacob durante 60 días (vv. 1-3).
Pasado aquellos días de luto, José se dirigió a los miembros de su corte, para así lograr llevar a su padre a la cueva de Macpela. La explicación nos lleva entender la seriedad con la que se tomó Jacob, esto hasta tal punto pedir a José, bajo juramento, que lo llevara a la tierra de sus antepasados. Esto, claramente, para hacerle la solicitud al Faraón, de esto responde que ciertamente cumpliera con su juramento conforme a la promesa que Jacob pidió que hiciera.
Versículos 7 al 14
Los siguientes versículos narran como esto se cumplió debidamente, para este fin fueron las autoridades de la corte y todas las personas importante de Egipto, por lo que se entiende que iba autorizando para esta labor. Pero también demostraba la importancia de Jacob para aquellos nobles. A este séquito también fueron los familiares de Jacob, allí, en Gosen, solamente quedaron los niños y el ganado.
Cuando llegaron al campo de Hatad, que quedaba al otro lado del jordán, se lamentaron por su padre. Tan solemne fue aquel lamento que los moradores se asombraron y afirmaron que allí los Egipcios habían hecho un gran lamento, hasta tal punto que se le llamó “Abel Misraiyin”, esto es, “luto de los egipcios”.
Así fue como Jacob residía en la cueva de Macpela, la misma que había comprado Abrahán a Efron el hitita, para la sepultura de su familia. Este lugar, como se describe, era propiedad de Abrahán y era una porción de la tierra prometida dada en garantía para él y también un recordatorio de que Dios cumple su promesa incluso más allá de la muerte.
Versículos 15 al 21
La muerte de Jacob no solamente generó trabajo y lamentos, sino también reflexión, y parte de las reflexiones de sus hermanos fue con respecto a la relación de José con ellos. Ya que Jacob no estaba, que podían esperar del trato de José para con ellos. Ciertamente, lo más lógico es que José les guardara rencor en su corazón por todo lo que había sufrido a causa de sus malas acciones.
Ellos mandaron a decirle a José, posiblemente por medio de alguno de sus siervos, que los perdonara. La forma como está compuesta está hecha para convencerlo de no arremeter contra ellos. Lo primero es que inventan unas “instrucciones” de parte de Jacob, rogándole que perdone la maldad y el pecado terrible de sus hermanos en contra de él. Además, habla de ellos en este mensaje como “siervos del Dios de tu padre”, haciendo referencia así a un posible arrepentimiento de sus obras.
La respuesta de José es aleccionadora, él no tuvo que batallar en su corazón para perdonarlos, él sabía que aquello no era cierto, pero le dolió en su corazón pensar que sus hermanos consideraban que él guardaba rencor en su corazón. Esta reacción fue una reacción completamente secreta, de esto no sabían nada los Israelitas, por eso, cuando se presentaron ante José, se inclinaron nuevamente y se rindieron como esclavos.
La respuesta de José es “no tengan miedo…” primero declara su posición, ¿Puedo tomar el lugar de Dios? (tomando venganza con sus propias manos). Por otro lado, ellos pensaron hacer el mal, pero Dios transformo aquel mal que procuraron ellos en un bien para todos: salvar la vida de mucha gente. Así que, nuevamente, les dijo: no tengan miedo, yo cuidare de ustedes y de sus hijos.
Esto fue de consuelo para ellos, puesto que les hablo el corazón.
Versículos 22 al 26
Lo que narra a continuación es que José llego a vivir largos años, tanto así que pudo conocer hasta la tercera generación de sus hijos. Además, se nos dice que cuando nacieron los hijos de Maquir, el hijo de Manases, aquellos nacieron sobre sus rodillas o fueron considerados suyos (parecer ser un evento paralelo al de Jacob). La gran pregunta es ¿Por qué motivo menciona esto?
Así que tiempo después el mismo afirmo a sus hermanos que estaba a punto de morir, pero Dios mismo vendría para sacarlos de Egipto, para llevarlos a la tierra que les prometió a Abrahan. Él hizo uso de los mismos aspectos de su padre Jacob, les pidió a sus hijos, bajo juramento, que sacaron sus huesos de Egipto cuando Dios viniera a su encuentro para salvarlos.
El texto cierra abriendo camino al Éxodo, diciendo así que José murió a los 110 años, fue embalsamado y lo colocaron en un ataúd.
Resumen
En resumen, el capítulo 50 de Génesis no solo cierra la vida de Jacob y José, sino que también establece un puente hacia el futuro éxodo de Israel, reforzando temas de fe, cumplimiento de promesas divinas y reconciliación familiar. La explicación de Génesis 50 nos invita a reflexionar sobre estos temas y a ver cómo Dios obra a través de las generaciones para cumplir sus propósitos.