Filipenses 4:8-9 es un pasaje bíblico que nos invita a reflexionar sobre lo que es verdadero, noble, justo, puro, amable, admirable, excelente y digno de alabanza. Estas son las cosas que debemos pensar y practicar para vivir en paz con Dios y con los demás. En este artículo de blog, vamos a explicar el significado y la aplicación de este texto inspirador.
El apóstol Pablo escribió esta carta a los cristianos de Filipos desde una prisión romana, alrededor del año 61 d.C. A pesar de sus circunstancias difíciles, Pablo les anima a tener gozo y confianza en el Señor. También les agradece por su apoyo y les exhorta a mantener la unidad y la humildad. En el capítulo 4, Pablo les da algunos consejos prácticos para vivir una vida cristiana victoriosa. Entre ellos, se encuentra el versículo 8, que resume el tipo de pensamientos que debemos tener como seguidores de Cristo.
Explicación de Filipenses 4:8
El texto empieza con “por último” es decir, como última exhortación que comienza desde el versículo 1. Y pasa a dar sus últimas exhortaciones, lo que al mismo tiempo nos muestra que el versículo 8 y 9 son una sola sección.
El término usado aquí para “considerar” puede ser entendido como equivalente a “pensar” según la NTV o la RV60, esta es la idea transmitida. Según el diccionario Vine aquí se debe entender como pensar considerando su carácter.
De aquí aparece una lista de cosas particulares que luego se engloban en par de términos:
- Todo lo verdadero; palabra usada para verdad, se refiere a todo aquello que es genuino y sin mentira, se usa en gran medida para referirse a las Escrituras como la Verdad (Mt. 22:16; Ef. 4:25; 5:9; 6:14; 1 Pe. 1:22; 1 Jn. 3:18).
- Todo lo respetable; este término, la RV60, traduce como honesto, y la NTV, traduce como honorable, por lo que estamos en una palabra que acepta múltiples traducciones, pero que tiene una misma esencia. Vine señala que esta palabra transmite la idea de seriedad dignificada, que es venerable. Es traducido en algunas ocasiones como seriedad (ver 1 Ti. 2:2; 3:4; Ti. 2:7).
- Todo lo justo; se refiere a aquello que es acorde a la ley de Dios en concepto de justicia, por tanto, aprobado por Dios. Vine: En el NT, denota rectitud, un estado de ser recto, de conducta recta, sea que se juzgue en base de normas divinas, o humanas, de lo que es recto (ver Hch. 10:22; Luc. 23:50; 2:25; Pr. 16:11; 20:17).
- Todo lo puro; se refiere a estar sin mancha, puro, limpio (2 Co. 6:6), según Vine una variante indica donde denota la castidad que excluye toda impureza de espíritu, estilo o actuación, este adjetivo, en cambio, refiere a puro, libre de contaminación, incontaminado (ver Ti. 2:14; Stg. 1:27; 3:17; 1 Jn. 3:3).
- Todo lo amable; se refiere a ser gentil, placentero y agradable (de forma ilustrativa, Est. 5:1), la KJV traduce como “lovely”, amoroso. Implica pensar en aquellas cosas que son agradables, placenteras y gentiles (ver 1 Pe. 4:8; 1 Co. 13).
- Todo lo digno de admiración; aquí se usa un término que se refiere a todo aquello que tiene un buen nombre, aquí se habla de aquello que tiene un buen nombre, que es digno de admiración, de buena habla, digno de alabanza, etc.
Es decir, todo lo que sea excelente o merezca elogio. Aquí se usan un par de términos que engloban de alguna manera todo lo antes mencionado, pero que también se extiende más allá. El primer término usado traducido como virtud o excelente, aquí se usa como de cualquier excelencia moral determinada (Fil. 4:8; 2 Pe. 1:5, dos veces), donde se ordena la virtud como una cualidad esencial en el ejercicio de la fe: «añadid a vuestra fe virtud».
La segunda palabra que es traducida como merecedor de elogio o digno de alabanza, esto muestra un motivo de alabanza o elogio (Ef. 1:12, 14, 6).
Explicación de Filipenses 4:9
Pablo da una exhortación a poner en práctica la enseñanza cristiana en todas sus formas: aquellas cosas que han visto (la imitación cristiana), aquellas cosas que han recibido (enseñanza), lo que han odio (enseñanza), y lo que han aprendido (enseñanza). Puede que algunas cosas sean el resultado de algo más allá de las directrices formales de enseñanza/predicación, es probable que el aprendizaje se diera fuera de las aulas de clase o desde el sitio del pulpito, si no que se diera en las conversaciones, en el ejemplo y en las visitas pastorales.
La exhortación es, pues, a poner en práctica todo aquello que es y ha sido de valor de parte de Pablo en su ministerio. Claramente, para nosotros esto tiene serias implicaciones por lo que hemos visto en la carta a los Filipenses, pero también se aplica por principio al ministerio cristiano.
Aquello que Dios nos enseña por medio de sus ministros, tanto en doctrina como en ejemplo, tanto en la predicación como en la enseñanza, todo ello debe llevarnos a vivir en conformidad a las Escrituras y el carácter de Cristo.
¿Qué mensaje nos transmite Filipenses 4:8-9?
Filipenses 4:8-9 nos transmite un llamado claro a cultivar una mente y una vida que estén alineadas con el carácter de Dios. Pablo exhorta a los creyentes a enfocar sus pensamientos en todo lo que es verdadero, justo, puro, amable y digno de admiración. No se trata solo de pensamientos positivos o agradables, sino de meditar intencionalmente en lo que refleja la verdad de Dios y su santidad. Esta forma de pensar moldea nuestra actitud y nuestras acciones, ayudándonos a vivir con integridad y a mantenernos firmes en medio de las dificultades, tal como lo hacía el apóstol aun desde la prisión. La lista de virtudes presentada en el versículo 8 no solo define un ideal moral, sino que actúa como una guía para evaluar lo que dejamos entrar en nuestra mente.
Por otra parte, el versículo 9 complementa esta enseñanza con una exhortación práctica: no basta con pensar en lo bueno, también hay que vivirlo. Pablo invita a los creyentes a imitar lo que han aprendido, recibido y visto en él, destacando el valor del discipulado integral que va más allá de la enseñanza formal. El ejemplo del apóstol —su vida, conducta y palabras— debía ser un modelo a seguir. La promesa final es profundamente alentadora: “el Dios de paz estará con vosotros”. Es decir, cuando nuestros pensamientos y acciones están guiados por la verdad y la virtud, no solo experimentamos paz, sino que contamos con la presencia activa de Dios en nuestras vidas.
Filipenses 4:8-9 reflexión
Filipenses 4:8-9 nos recuerda que la vida cristiana no solo se trata de lo que hacemos, sino también de lo que pensamos. Pablo nos invita a disciplinar nuestra mente, a dirigir nuestros pensamientos hacia todo lo que es verdadero, justo, puro, amable y digno de alabanza. En un mundo saturado de información negativa, mentiras y distracciones, este pasaje nos llama a llenar nuestra mente con aquello que refleja el carácter de Dios. No es un simple ejercicio de pensamiento positivo, sino un acto de adoración y obediencia que transforma nuestra forma de vivir. Lo que dejamos entrar en nuestra mente impacta directamente en nuestras emociones, decisiones y conducta.
Además, Pablo no solo habla de lo que debemos pensar, sino también de lo que debemos practicar. Nos anima a imitar las enseñanzas y el ejemplo que él mismo ha dado como siervo de Cristo. Esta combinación de pensamientos santos y acciones coherentes produce un fruto precioso: la paz de Dios y la compañía del Dios de paz. En tiempos de ansiedad, confusión o tentación, esta es una verdad poderosa: si llenamos nuestra mente con lo que agrada a Dios y vivimos conforme a Su Palabra, Su paz estará con nosotros. Así, Filipenses 4:8-9 se convierte en una brújula espiritual que nos guía a una vida de gozo, integridad y comunión constante con el Señor.
