Filipenses 1:8 es un versículo bíblico que expresa el amor profundo y sincero que el apóstol Pablo sentía por los creyentes de la iglesia de Filipos. En este artículo de blog, vamos a analizar el significado y la aplicación de este versículo, así como el contexto histórico y teológico en el que fue escrito.
Para entender mejor Filipenses 1:8, es necesario leer el versículo anterior, donde Pablo dice que tiene a los filipenses en su corazón, y que ellos son participantes con él de la gracia de Dios en medio de sus prisiones y sufrimientos por el evangelio. Pablo estaba escribiendo esta carta desde una cárcel en Roma, donde esperaba su juicio final ante el emperador Nerón. A pesar de su situación, Pablo se sentía agradecido y gozoso por la comunión y el apoyo que había recibido de los filipenses, quienes habían sido los primeros cristianos de Europa y habían mantenido una relación estrecha con el apóstol.
Versículo 8
El apóstol Pablo apela a Dios como su testigo interno, indicando así los entrañables afectos que experimenta por los Filipenses. Estos afectos son de cariño y amor hacia los Filipenses, el término usado aquí (Luc. 1:78; 2 Co 6:12; Col. 3:12; 1 Jn. 3:17), significa literalmente las entrañas, puesto que para los griegos eran el asiento de las emociones más profundas y sinceras. Lo que Pablo dice es “Dios me es testigo con cuanto entrañable amor les amo” (Versión propia y libre), y así muestra el tierno afecto que experimenta. Esto me hace reflexionar ¿Nosotros como pastores y como ministros estamos experimentando este profundo amor por los hermanos en la fe? ¿Somos verdaderamente sinceros en cuanto a nuestros afectos?
Calvino afirma “que la gente esté persuadida de ser amada por el maestro, contribuye en gran manera a afirmar la fe en la doctrina”[1], esta es una forma pastoral de tratar con las Iglesias, mostrar el profundo afecto que tienen hacia Dios y hacia la Iglesia, el “argumento de las entrañas” es ciertamente un argumento válido, las lágrimas suelen ser más elocuentes que las palabras, el calor de los afectos genera mejores resultados que los copos de nieve de la erudición.
Puedes ver más de Filipenses en nuestra explicación general.
[1] Hendriksen, pag. 71 nota. 38
