Explicación de Filipenses 1:15

Hombre anciano orando

Indice de contenido:

El apóstol Pablo escribió la carta a los Filipenses desde la cárcel, donde estaba encadenado por predicar el evangelio de Cristo. A pesar de su difícil situación, Pablo se regocijaba de que el mensaje de salvación se difundiera por medio de diferentes personas, aunque no todas tenían las mismas motivaciones. En Filipenses 1:15, Pablo dice: “Algunos, a la verdad, predican a Cristo por envidia y contienda; pero otros de buena voluntad.”

¿Qué quiso decir Pablo con estas palabras? ¿Por qué había envidia y contienda entre los predicadores? ¿Qué diferencia había entre los que predicaban por buena voluntad y los que lo hacían por malas razones? En este artículo, vamos a analizar el contexto histórico y teológico de este versículo, y a extraer algunas lecciones prácticas para nuestra vida cristiana.

Versículo 15

Con relación al versículo anterior, habla de que uno de los resultados de las cadenas de Pablo fue que los hermanos se llenaron de valor y confianza para predicar fervientemente el Evangelio. Ahora, esta predicación en masa de la iglesia de roma traía consigo no tan solamente a los piadosos y los fieles, sino también a los hipócritas, tratando de traer aflicciones a sus prisiones. Este versículo muestra la reacción y perspectiva de Pablo ante ello.

Y esto es lo que afirma “hay algunos que proclaman a Cristo por envidia y rivalidad” (NVI), la palabra envidia, que viene a ser un sentimiento maligno producido por ser testigo del bienestar de otro (ver Ro. 1:29; Gal. 5:21; Ti. 3:3; 1 Pe. 2:1), y también por rivalidad o contención (1 Co. 1:11; 3:3; 2 Co. 12:20; Ro. 1:29; 13:13; Gal. 5:20), es decir, con la finalidad de darle “pelea” a pablo. Sin lugar a dudas, estos hombres se habían equivocado de enemigo.

Leer más  Explicación de Filipenses 2:5-8

¿Cuál sería la razón de esta contienda y envidia de estos cristianos? El texto no se centra en sus razones, es posible que simplemente desprestigiaran al apóstol, y vieran en Él una competitividad de dignidad. Es posible que el espíritu fariseo y carnal volviera a ellos, y trataran de competir con él para “ver quién predicaba más y mejor”. El hombre carnal puede encontrar cualquier motivo carnal para guardar dentro de su corazón motivaciones equivocadas para hacer algo que debe hacerse de la forma más santa posible.

Pero a diferencia de estos había otros que proclamaban el mensaje del Evangelio con sinceridad y con buenas intenciones. Literalmente la palabra es “buena voluntad” e implicaba con motivaciones puras y llenas de gracia, con un buen objetivo puesto en la mira. A diferencia de los otros que predicaban por envidia y rivalidad, había otro grupo que lo hacía con buena voluntad.

El verbo usado aquí para proclamar es el término “kerupso” que implicaba predicar como un heraldo, es decir, como uno que era comisionado por su gobierno y rey para llevar un mensaje a sus súbditos. Pero entre los heraldos había diferentes motivaciones, algunas buenas y, como podemos ver, otras malas. No obstante, el mensaje no cambiaba, no era adulterado, y esto daba la base para las siguientes observaciones de Pablo.

Aprende más de la biblia

Scroll to Top