El apóstol Pablo escribió la carta a los Filipenses desde una prisión romana, donde estaba encadenado por predicar el evangelio de Cristo. Sin embargo, lejos de lamentarse o desanimarse, Pablo muestra una actitud de gozo y confianza en Dios. En Filipenses 1:13, Pablo dice: «de tal manera que mis prisiones se han hecho patentes en Cristo, en todo el pretorio, y a todos los demás.»

¿Qué significa esta afirmación? ¿Cómo pudo Pablo ver su situación como una oportunidad para dar testimonio de Cristo? ¿Qué lecciones podemos aprender de su ejemplo para enfrentar nuestras propias dificultades? En este artículo, vamos a analizar el contexto histórico, el significado y la aplicación de Filipenses 1:13, y veremos cómo Dios puede usar nuestras circunstancias para avanzar su reino y glorificar su nombre.

Versículo 13

Pablo continua su argumento indicando además que los padecimientos por Cristo han sido notorios a toda la guardia del palacio, ¿Qué clase de argumento es este? Esto debe ser algo atípico para toda la casa pretorial, puesto que generalmente recibían a personas por crímenes graves, por asuntos complicados y por delitos más o menos comunes. No obstante tenían entre ellos uno que estaba encarcelado por predicar, esto sin duda tuvo que haber llamado la atención de todos, es de imaginar que conjuntamente con este interés viniera la pregunta ¿Qué predicaba? Ellos tenían la oportunidad de preguntárselo directamente al reo, y allí, resplandecía la oportunidad de predicar el mensaje de salvación también a ellos.

Ahora Pablo afirma que no tan solamente a toda la guardia pretoriana, sino que también es evidente a todos los demás. Esto debe referirse a los demás servidores y habitantes de la guardia pretoriana. Sin duda el testimonio del Evangelio llego a aquella guardia como cuál caballo de Troya, pero no para quemar una ciudad, sino para salvar almas ¿De qué otra forma podría haber llegado el Evangelio a esa comunidad de dedicados al pretorio? (cp. Hch. 28:16, 20).

Lo que Pablo señala es que sus cadenas y prisiones son por la causa de Cristo, un título que contiene mucho significado indiferentemente donde lo veamos. No es simplemente por predicar una doctrina, sino por predicar a una persona, es decir, por predicar a Cristo ¿Qué significaba Cristo? Significaba el Mesías prometido, que había traído salvación por medio de su sangre y resurrección.

Los romanos conocían en cierta manera las doctrinas de los judíos, puesto que ellos tenían bastante aceptación dentro de todo el imperio debido a dar sus vidas en servicio a un emperador del pasado. Ellos tenían legalidad romana como religión, a diferencia del cristianismo, que era considerado como una clase de misticismo, así pues, veían a todas las religiones minoritarias y además que fuesen recién conocidas. Ellos, pues muy posiblemente reconocerían de lo que les hablaba Pablo. Sin duda la presencia de Pablo a este lugar trajo consigo conversiones genuinas (Fil. 4:22).