Resumen del libro de Esdras capítulo por capítulo

resumen del libro de Esdras capítulo por capítulo

Indice de contenido:

El libro de Esdras es un relato fascinante que documenta un período crítico y clave en la historia del pueblo de Israel después de los 70 años en el exilio de Babilonia. Este libro está dedicado a los eventos ocurridos en la tierra de Israel durante el tiempo del regreso de la cautividad babilónica y los años posteriores, cubriendo un período de aproximadamente un siglo, comenzando en el 538 a.C.

El énfasis en Esdras está en la reconstrucción del Templo. El libro contiene extensos registros genealógicos, principalmente con el propósito de establecer las afirmaciones al sacerdocio por parte de los descendientes de Aarón.

El libro puede dividirse de la siguiente manera:

Capítulos 1-6: El Primer Regreso bajo Zorobabel, y la Construcción del Segundo Templo.

Capítulos 7-10: El Ministerio de Esdras.

Esdras es la persona más prominente en los Libros de Esdras y Nehemías. Ambos libros terminan con oraciones de confesión (Esdras 9; Nehemías 9) y una posterior separación de la gente de las prácticas pecaminosas en las que habían caído.

En este resumen, exploraremos cada capítulo en detalle, proporcionando una visión clara de los eventos y temas clave presentes en el libro de Esdras. ¡Comencemos!

Capítulo 1

El capítulo 1 del libro de Esdras comienza con el primer año de Ciro, rey de Persia. En cumplimiento de la profecía, el rey Ciro permite que los judíos que viven en Babilonia regresen a Jerusalén para reconstruir el templo. Este gran monarca, nombrado por el profeta Isaías unos dos siglos antes de que llegara al trono, es despertado por Dios para hacer un decreto. En este decreto, Ciro reconoce que Jehová, el Dios de los cielos, le ha dado todos los reinos de la tierra y le ha mandado que le edifique una casa en Jerusalén, que está en Judá.

El primer grupo de judíos regresa bajo el liderazgo de Sesbasar, quien también sería conocido como Zorobabel. Este regreso marca el comienzo de un período de reconstrucción y renovación para el pueblo de Israel. Ciro hizo un decreto dándole a los judíos exiliados en su imperio el derecho de regresar a Jerusalén y reconstruir el templo en 538 A.C. Este capítulo establece el tono para el resto del libro, que se centra en la reconstrucción del templo y la restauración de la adoración de Dios entre el pueblo de Israel

Capítulo 2

El capítulo 2 del libro de Esdras se centra en los exiliados que regresan a su tierra natal, Israel. Este capítulo detalla el número de personas que respondieron positivamente al edicto del rey Ciro. Los nombres de las familias y sus líderes son mencionados y registrados, destacando a Zorobabel, que fue nombrado gobernador, y a Jesúa, el sumo sacerdote. Estos dos hombres lideraron la migración de 42.360 personas, sin contar a sus siervos y siervas.

El capítulo también aborda las dificultades que surgieron durante este tiempo, como la verificación de la genealogía de algunos individuos. Aquellos cuyas genealogías eran imposibles de rastrear no fueron reconocidos como hijos de Israel o hijos de sacerdotes. A pesar de estos desafíos, el capítulo 2 de Esdras muestra un verdadero renacimiento y un espíritu de devoción entre los judíos que regresaron a su tierra. Este capítulo establece el escenario para los esfuerzos de reconstrucción y renovación que se describen en los capítulos siguientes del libro de Esdras.

Capítulo 3

El capítulo 3 del libro de Esdras marca el comienzo de la restauración del altar y del culto1. Cuando llegó el mes séptimo, un mes especial en el calendario espiritual de Israel, el pueblo se reunió como un solo hombre en Jerusalén. Jesúa hijo de Josadac y Zorobabel hijo de Salatiel, junto con sus hermanos, edificaron el altar del Dios de Israel para ofrecer sobre él holocaustos, como está escrito en la ley de Moisés. A pesar de tener miedo de los pueblos de las tierras, colocaron el altar sobre su base y ofrecieron holocaustos a Jehová, tanto por la mañana como por la tarde.

Además, celebraron la fiesta solemne de los tabernáculos y ofrecieron holocaustos cada día por orden conforme al rito, cada cosa en su día. Desde el primer día del mes séptimo, comenzaron a ofrecer holocaustos a Jehová, aunque los cimientos del templo de Jehová no se habían echado todavía. Este capítulo destaca la importancia de la restauración del culto y la dedicación del pueblo a Dios, incluso antes de la reconstrucción del templo.

Capítulo 4

El capítulo 4 del libro de Esdras presenta la oposición que enfrentaron los judíos al intentar reconstruir el templo. Al principio, los adversarios se acercaron a los judíos con una propuesta seductora, ofreciendo su ayuda en la construcción del templo. Sin embargo, Zorobabel, Jesúa y los demás líderes rechazaron esta propuesta, manteniendo una posición de separación del mundo que les rodeaba. Si hubieran aceptado la propuesta, la obra se habría arruinado desde el principio.

Como resultado de su negativa a comprometerse, los judíos enfrentaron una oposición feroz. Los adversarios no solo intentaron intimidar a los judíos para que dejaran de construir, sino que también sobornaron a los consejeros para frustrar sus propósitos. Este capítulo destaca la importancia de mantener la fe y la dedicación a Dios, incluso frente a la adversidad. A pesar de la oposición, los judíos permanecieron firmes en su misión de reconstruir el templo.

Capítulo 5

El capítulo 5 del libro de Esdras se centra en la reanudación de la construcción del templo. Los profetas Hageo y Zacarías profetizan a los judíos que estaban en Judá y en Jerusalén en el nombre del Dios de Israel. Zorobabel hijo de Salatiel y Jesúa hijo de Josadac, junto con los profetas de Dios, comienzan a reedificar la casa de Dios que estaba en Jerusalén. Las palabras de Hageo y Zacarías, que se han conservado para nosotros en los libros que llevan sus nombres, actúan con todo su poder en medio de ellos.

A pesar de la prohibición del rey, los judíos comienzan a construir la casa de nuevo. Sin embargo, los enemigos de los judíos escriben una carta a Darío, el nuevo gobernante persa. Los judíos, al ser interrogados por sus adversarios, responden con respecto a las dos autoridades a las que están sometidos: la de Dios y la del rey. Primero dicen: “Somos siervos del Dios del cielo y de la tierra”, y dejan claro que construyen según su mandato. Luego citan la autorización original que habían recibido de Ciro. Este capítulo muestra la firmeza de los judíos en su misión de reconstruir el templo, a pesar de la oposición.

Capítulo 6

El capítulo 6 del libro de Esdras relata la culminación de la reconstrucción del templo. El rey Darío ordena buscar en los archivos de Babilonia y en el palacio de Acmeta, en la provincia de Media, donde hallan un libro con el edicto de Ciro. Darío responde a Tatenay, gobernador de la ribera occidental del río Éufrates, y a Setar Bosnay, ordenándoles que se alejen y dejen que el gobernador y los ancianos judíos lleven a cabo la reconstrucción del templo de Dios en su mismo lugar. Los ancianos judíos avanzan en la obra de reconstrucción, tal como lo habían anunciado los profetas Hageo y Zacarías hijo de Iddo.

La reconstrucción del templo concluye el tercer día del mes de Adar del sexto año del reinado de Darío. Los israelitas, los sacerdotes, los levitas y todos los que habían vuelto del cautiverio, celebran con gran alegría la dedicación del templo de Dios. Como expiación por los pecados de todos los israelitas, se ofrecen cien becerros, doscientos carneros, cuatrocientos corderos y doce machos cabríos. Los israelitas que habían vuelto del cautiverio celebran la fiesta de la pascua el día catorce del primer mes. Con gran alegría celebran durante siete días la fiesta solemne de los panes sin levadura.

Capítulo 7

El capítulo 7 del libro de Esdras marca un nuevo período en el retorno de los judíos. Esdras, un sacerdote y escriba muy instruido en la ley de Moisés, lidera este regreso. Esdras es un descendiente de Aarón, el primer sumo sacerdote, lo que lo califica para el puesto que pronto ocupará. Pero Esdras tenía otra cualificación: «Era escriba diligente en la ley de Moisés», lo que indica que conocía muy bien la Palabra de Dios, tal como había sido dada en el principio. Y el pueblo todavía estaba bajo la ley. Sin embargo, tenía una tercera cualidad aún más importante, como dice el versículo 10: «Esdras había preparado su corazón», lo que demuestra que estaba formado espiritualmente.

Esdras y sus compañeros suben a Jerusalén, trayendo tesoros. Era el séptimo año de aquel Artajerjes bajo el que, 13 años después, subió Nehemías a su vez. A Esdras se le otorga una gran autoridad, siempre que actúe, como dice el rey, según la sabiduría de su Dios. Él y todos sus compañeros están exentos de todo tipo de tributo o impuesto, y se les da el poder de castigar a todos los que transgredan la ley de Dios o la ley del rey. Esdras debe enseñar las leyes de Dios a los que no las conocen. Así, se le encarga que suba a la tierra, provisto, por la providencia de Dios, de poderes extraordinarios.

Capítulo 8

El capítulo 8 del libro de Esdras detalla el viaje de Esdras y su grupo desde Babilonia a Jerusalén. En este capítulo, encontramos los nombres de los que subieron con Esdras, según sus genealogías, el número de hombres de cada familia. Dios se ha encargado de que los nombres de los que se tomaron la molestia de responder a su llamado para regresar a la tierra queden registrados para siempre, mientras que los nombres de los que no respondieron a ese llamado han sido olvidados casi por completo. En el versículo 15 se retoma la historia de esta emigración. «Según la buena mano de nuestro Dios sobre nosotros», se les trae «un varón entendido» que necesitaban (v. 18), de modo que todos se reúnen junto al río Ahava, listos para partir.

Esdras está consciente de que haber recibido claramente la ayuda de Dios en el pasado no les exime de la obligación de depender de él en el presente. Y por eso siguen buscando su rostro antes de ponerse en marcha. Según las costumbres de la ley, se publica un ayuno para suplicar al Señor y «solicitar camino derecho» para su viaje. Viajar en aquellos días no era ni seguro ni fácil. La prudencia, según el mundo habría hecho que Esdras pidiera al rey una escolta armada. Pero no lo hizo, y en el versículo 22 leemos su conmovedora confesión sobre este punto. Había hablado muy abiertamente al rey del cuidado de su Dios por su pueblo, así como de su ira contra los que lo abandonan; así que se habría avergonzado de apartarse en la práctica de lo que había profesado.

Capítulo 9

El capítulo 9 del libro de Esdras revela una triste realidad que Esdras descubre al llegar a Jerusalén. Los líderes del pueblo le informan que los israelitas, incluyendo sacerdotes y levitas, no se han separado de los pueblos paganos de las tierras circundantes. Han tomado esposas de entre estos pueblos, mezclando el linaje santo con los pueblos de las tierras. Esta mezcla ha llevado a la adopción de las abominaciones de estos pueblos, incluyendo sus prácticas idolátricas. Los líderes y gobernadores han sido los primeros en cometer este pecado.

Al escuchar esto, Esdras se angustia profundamente. Rasga su vestido y manto, arranca pelo de su cabeza y barba, y se sienta angustiado. Todos los que temen las palabras del Dios de Israel se unen a él en su angustia. Esdras se levanta a la hora del sacrificio de la tarde, se postra de rodillas y extiende sus manos a Jehová, su Dios. Este capítulo muestra la profunda tristeza de Esdras por el pecado de su pueblo y su deseo de buscar el perdón y la restauración de Dios.

Capítulo 10

El capítulo 10 del libro de Esdras revela una triste realidad que Esdras descubre al llegar a Jerusalén. Los líderes del pueblo le informan que los israelitas, incluyendo sacerdotes y levitas, no se han separado de los pueblos paganos de las tierras circundantes. Han tomado esposas de entre estos pueblos, mezclando el linaje santo con los pueblos de las tierras. Esta mezcla ha llevado a la adopción de las abominaciones de estos pueblos, incluyendo sus prácticas idolátricas. Los líderes y gobernadores han sido los primeros en cometer este pecado.

Al escuchar esto, Esdras se angustia profundamente. Rasga su vestido y manto, arranca pelo de su cabeza y barba, y se sienta angustiado. Todos los que temen las palabras del Dios de Israel se unen a él en su angustia. Esdras se levanta a la hora del sacrificio de la tarde, se postra de rodillas y extiende sus manos a Jehová, su Dios. Este capítulo muestra la profunda tristeza de Esdras por el pecado de su pueblo y su deseo de buscar el perdón y la restauración de Dios.

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