La carta a los Efesios escrita por el apóstol Pablo contiene algunas de las enseñanzas más profundas y a veces controvertidas sobre la vida cristiana. Uno de los pasajes más debatidos es Efesios 5:22, que dice:
“Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor.”
Este artículo ofrece una explicación clara y bíblica de Efesios 5:22, entendiendo su contexto, su significado y su aplicación práctica, especialmente desde una perspectiva cristiana centrada en el evangelio.
¿Qué dice realmente Efesios 5:22?
El versículo es directo: la esposa está llamada a someterse a su propio marido. La palabra clave aquí es “someterse”, que en griego es hypotassō, y se refiere a una actitud voluntaria de apoyo y respeto hacia el liderazgo del esposo. No se trata de inferioridad ni de esclavitud, sino de orden y función dentro del diseño de Dios para el matrimonio.
También es importante la frase “a sus propios maridos”. Esto no habla de una sumisión general de todas las mujeres a todos los hombres, sino específicamente de la esposa a su propio esposo. Es una relación particular, exclusiva y delimitada.
“Como al Señor”: ¿Qué implica?
La parte final del versículo, “como al Señor”, ha sido interpretada de distintas formas. Según el documento base y comentaristas como William Hendriksen, esta expresión significa que la sumisión de la esposa al esposo forma parte de su sumisión mayor a Cristo. Es decir:
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No se somete al esposo porque él sea perfecto.
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Se somete como un acto de obediencia al Señor que la salvó.
Esta sumisión es un reflejo de su vida espiritual. Así como Cristo se sometió al Padre en obediencia amorosa, la esposa se somete a su esposo por amor y obediencia a Cristo.
¿Es esto una obligación absoluta?
Pablo añade en el versículo 24 que las esposas deben estar sujetas “en todo”, pero este “todo” no es sin límites. Como se señala en el documento, esta sumisión no se extiende a aquello que contradiga la voluntad del Señor. Si el esposo pide algo pecaminoso o que va en contra de la fe cristiana, la esposa no está obligada a obedecer. Su lealtad final es al Señor.
En otras palabras, la sumisión no anula la conciencia cristiana ni la dignidad de la esposa como hija de Dios.
El modelo es Cristo y la Iglesia
Efesios 5:23-24 da el fundamento teológico de este llamado. El marido es cabeza de la mujer “así como Cristo es cabeza de la iglesia”. Este paralelismo no busca poner al hombre en el lugar de Cristo, sino mostrar el diseño del matrimonio como reflejo del evangelio.
Así como la iglesia se somete a Cristo por amor y gratitud, la esposa se somete a su esposo como una expresión de su fe. Y de igual forma, el esposo está llamado a amar a su esposa como Cristo amó a la iglesia y se entregó por ella (Efesios 5:25).
Por tanto, el matrimonio cristiano es una imagen viva del amor redentor de Cristo hacia su pueblo.
¿Qué beneficios trae esta enseñanza?
Lejos de ser una idea anticuada, Efesios 5:22 promueve un modelo de matrimonio basado en el amor, el respeto mutuo y la obediencia a Dios. Cuando se vive correctamente:
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La esposa honra a Dios con su actitud humilde y colaboradora.
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El esposo responde con liderazgo amoroso, sacrificándose por el bienestar de su esposa.
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Ambos reflejan la relación entre Cristo y la Iglesia.
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Se establece un ambiente de unidad, paz y crecimiento espiritual.
Aplicación práctica para el matrimonio cristiano
¿Cómo se vive esto hoy en día? Aquí algunas sugerencias:
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La esposa puede practicar la sumisión mostrando respeto a las decisiones de su esposo, confiando en su liderazgo, y animándolo a caminar en el temor de Dios.
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La sumisión se manifiesta en el tono, las palabras y la actitud, no solo en acciones visibles.
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El esposo debe ejercer su rol como líder siervo, guiando con ternura, protegiendo, y tomando decisiones con oración y sabiduría.
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Ambos deben recordar que el matrimonio no es un campo de batalla por el poder, sino un espacio donde se vive el evangelio en lo cotidiano.
Conclusión
Efesios 5:22 no impone una estructura opresiva, sino que revela el diseño divino para el matrimonio, donde la esposa se somete a su esposo como una expresión de su sumisión a Cristo. Esta obediencia es voluntaria, sabia y centrada en el amor redentor del Señor.
En un mundo que rechaza la autoridad y la estructura bíblica, este pasaje nos recuerda que la verdadera libertad se encuentra en vivir conforme al propósito de Dios. Cuando esposos y esposas siguen este modelo, el matrimonio se convierte en una poderosa representación del evangelio.
