El Libro de Daniel se divide en dos secciones principales: los capítulos 1-6 narran historias de la vida de Daniel y sus amigos en el exilio, mientras que los capítulos 7-12 contienen las visiones proféticas que Daniel recibió sobre el futuro de los imperios y el plan divino para el fin de los tiempos.
Capítulo 1: Daniel y sus amigos en Babilonia
Daniel y tres jóvenes judíos son llevados cautivos a Babilonia bajo el reinado de Nabucodonosor. Se les asignan nuevos nombres babilónicos: Sadrac, Mesac y Abed-nego. Aunque están en un entorno extranjero, se niegan a comer los alimentos del rey por razones religiosas y, en su lugar, piden una dieta de vegetales y agua. Dios los bendice con sabiduría, y Daniel recibe el don de interpretar sueños. Al final, se presentan ante el rey y son reconocidos por su sabiduría.
Capítulo 2: El sueño de Nabucodonosor y la estatua
El rey Nabucodonosor tiene un sueño que ninguno de sus magos puede interpretar. Daniel, después de orar a Dios, interpreta el sueño: una estatua con cabeza de oro, pecho de plata, vientre de bronce, piernas de hierro y pies de hierro mezclado con barro, que representan cuatro grandes imperios sucesivos. El sueño predice que el reino de Dios, representado por una piedra que destruye la estatua, será eterno. Nabucodonosor honra a Daniel por su interpretación.
Capítulo 3: El horno de fuego
Nabucodonosor construye una estatua de oro y ordena a todos que se inclinen ante ella. Sadrac, Mesac y Abed-nego se niegan, lo que provoca que el rey los arroje a un horno de fuego. Milagrosamente, Dios los protege del fuego, y son vistos caminando dentro del horno con un cuarto ser (un ángel o una manifestación divina). Impresionado, Nabucodonosor decreta que nadie puede hablar en contra del Dios de Israel.
Capítulo 4: El sueño del árbol y la humillación de Nabucodonosor
Nabucodonosor tiene un segundo sueño en el que un gran árbol es cortado. Daniel interpreta el sueño, advirtiendo que el rey será humillado y vivirá como un animal durante siete años debido a su orgullo. La profecía se cumple, y Nabucodonosor pierde su cordura. Al final de los siete años, recupera la razón, reconoce la soberanía de Dios y es restaurado a su trono.
Capítulo 5: La escritura en la pared
El rey Belsasar, sucesor de Nabucodonosor, organiza un banquete y profana los vasos sagrados del templo de Jerusalén. Durante la fiesta, aparece una mano y escribe en la pared las palabras «Mene, Mene, Tekel, Parsin». Daniel interpreta el mensaje como un juicio inminente contra Belsasar y su reino. Esa misma noche, Belsasar es asesinado, y los medos y persas conquistan Babilonia.
Capítulo 6: Daniel en el foso de los leones
Bajo el reinado de Darío, Daniel se convierte en uno de los altos funcionarios del imperio persa. Sus rivales, celosos de su éxito, lo acusan de desobedecer una ley que prohíbe orar a cualquier dios o persona que no sea el rey. Como resultado, Daniel es arrojado al foso de los leones, pero Dios lo protege, y Daniel sale ileso. El rey Darío, impresionado, decreta que todos deben reverenciar al Dios de Daniel.
Capítulo 7: La visión de las cuatro bestias
Daniel tiene una visión de cuatro bestias que emergen del mar, cada una representando un imperio mundial: Babilonia, Medo-Persia, Grecia y Roma. La cuarta bestia es especialmente aterradora y tiene diez cuernos. Luego, Daniel ve al «Anciano de Días» (Dios) sentado en un trono y al «Hijo del Hombre» (una referencia mesiánica) recibiendo dominio eterno. La visión predice el juicio de los reinos del mundo y el establecimiento del reino de Dios.
Capítulo 8: La visión del carnero y el macho cabrío
En esta visión, Daniel ve un carnero con dos cuernos (Medo-Persia) y un macho cabrío con un cuerno prominente (Grecia, representado por Alejandro Magno) que destruye al carnero. El cuerno del macho cabrío se rompe, y de él surgen cuatro cuernos, que representan la división del imperio griego tras la muerte de Alejandro. Uno de esos cuernos, que representa a un rey futuro, causa gran destrucción en Israel.
Capítulo 9: La oración de Daniel y la profecía de las setenta semanas
Daniel ora a Dios, confesando los pecados de Israel y pidiendo misericordia. En respuesta, el ángel Gabriel le revela la profecía de las setenta semanas, que predice la venida del Mesías, su muerte y el fin de la rebelión. Esta profecía también menciona la destrucción de Jerusalén y el templo. El período de las setenta semanas abarca eventos desde el exilio babilónico hasta el fin de los tiempos.
Capítulo 10: La visión del ángel y el conflicto espiritual
En el tercer año de Ciro, rey de Persia, Daniel entra en un período de ayuno y oración por tres semanas. Después de este tiempo, tiene una visión de un ser celestial, descrito como un hombre vestido de lino, con una cintura ceñida de oro, su cuerpo como crisólito, y su rostro como un relámpago. Daniel cae aterrorizado ante la visión. Este ser celestial le dice que su oración fue escuchada desde el primer día, pero que el «príncipe del reino de Persia» le había impedido llegar, lo que indica un conflicto espiritual en los cielos. Finalmente, Miguel, el arcángel, vino en su ayuda. El ángel le explica que ha venido para revelarle lo que sucederá con su pueblo en los últimos tiempos. Este capítulo prepara el terreno para las visiones más detalladas que vendrán en los siguientes dos capítulos.
Capítulo 11: El conflicto entre los reyes del norte y del sur
Este capítulo es una profecía detallada que describe guerras y alianzas entre dos reinos: el reino del norte (generalmente identificado con los seleúcidas) y el reino del sur (generalmente identificado con los ptolemaicos), que surgen tras la división del imperio de Alejandro Magno. Se menciona a varios reyes que luchan por el control del territorio, y entre ellos aparece un rey tiránico, identificado por la mayoría de los estudiosos como Antíoco Epífanes. Este rey causará gran destrucción y profanará el templo de Jerusalén (evento conocido como la «abominación desoladora»). El capítulo también describe cómo otros reinos intentarán resistir, pero el rey del norte impondrá su poder hasta que, al final, él mismo será destruido. Esta profecía está escrita con gran detalle histórico sobre los conflictos de los imperios griego y romano.
Capítulo 12: El tiempo del fin y la resurrección
Este último capítulo se enfoca en la visión del tiempo del fin. El ángel le dice a Daniel que en ese tiempo, Miguel, el gran príncipe que protege a los hijos de Israel, se levantará. Habrá un período de gran angustia, el peor que haya experimentado el pueblo de Dios. Sin embargo, se promete que aquellos cuyo nombre esté escrito en el libro serán salvados. Este capítulo también introduce la idea de la resurrección de los muertos: algunos resucitarán para vida eterna, mientras que otros para vergüenza y condenación eterna. Los justos brillarán como las estrellas por siempre. Daniel recibe instrucciones de sellar las palabras del libro hasta el tiempo del fin. Se le asegura que, aunque habrá tiempos difíciles, él «se levantará» en el último día y recibirá su herencia.