La tercera epístola de Juan es una carta personal dirigida por el apóstol Juan a Gayo, un miembro destacado de la iglesia primitiva. En este breve escrito, Juan elogia a Gayo por su fidelidad y hospitalidad hacia los hermanos y misioneros, incluso a aquellos que eran desconocidos para él. Además, la carta aborda conflictos internos dentro de la iglesia, particularmente criticando la conducta autoritaria y excluyente de Diótrefes. A través de esta correspondencia, Juan enfatiza la importancia del amor, la verdad y el apoyo mutuo entre los creyentes. Este resumen explora las recomendaciones, advertencias y saludos finales que Juan comparte en esta íntima comunicación.
Saludos y elogio a Gayo (3 Juan 1-4)
Juan comienza su carta saludando afectuosamente a Gayo, a quien describe como amado y a quien desea prosperidad y buena salud, tanto física como espiritualmente, en la misma medida en que su alma prospera (3 Juan 1-2). El apóstol expresa su gran alegría al escuchar sobre la fidelidad de Gayo a la verdad y su constante andar en ella, lo que le ha valido el respeto y el aprecio de la comunidad cristiana, incluido el mismo Juan (3 Juan 3-4).
La hospitalidad de Gayo (3 Juan 5-8)
Juan elogia a Gayo por su hospitalidad hacia los hermanos y misioneros, incluso a aquellos que no conocía, destacando que este comportamiento ejemplifica la verdadera fe y amor en acción (3 Juan 5-6). Subraya la importancia de apoyar a estos trabajadores de la verdad, para que seamos colaboradores en la obra del evangelio, destacando el valor de la hospitalidad y el soporte mutuo en la expansión de la fe cristiana (3 Juan 7-8).
La conducta problemática de Diótrefes (3 Juan 9-10)
Juan menciona su preocupación por Diótrefes, quien ha adoptado una actitud autoritaria dentro de la iglesia, rechazando la autoridad apostólica de Juan y negándose a recibir a los hermanos con hospitalidad. Además, Diótrefes ha estado hablando maliciosamente contra Juan y expulsando de la iglesia a aquellos que muestran hospitalidad a los misioneros (3 Juan 9-10). Esta sección resalta los desafíos de la autoridad y la unidad dentro de la iglesia primitiva, y el deseo de Juan de abordar personalmente estos problemas.
Exhortación a seguir el bien (3 Juan 11-12)
Juan aconseja a Gayo (y a los lectores de la carta) a no imitar el mal ejemplificado por Diótrefes, sino a seguir siempre el bien, recordando que aquellos que hacen el bien demuestran que son de Dios (3 Juan 11). En contraste con Diótrefes, Juan ofrece el ejemplo de Demetrio, quien tiene buen testimonio de todos y de la verdad misma, animando así a Gayo a seguir modelos positivos de conducta cristiana (3 Juan 12).
Saludos finales y despedida (3 Juan 13-14)
La carta concluye con Juan expresando su deseo de visitar a Gayo y hablar cara a cara, sugiriendo que hay muchas otras cosas que desearía discutir, pero que prefiere no hacerlo por escrito (3 Juan 13-14). Finalmente, envía saludos de paz y pide a Gayo que salude a los amigos por nombre, enfatizando la importancia de las relaciones personales dentro de la comunidad de fe (3 Juan 14).