Introducción
El primer libro de Reyes es una fascinante narración que abarca una época significativa en la historia de Israel. Este libro, parte de los textos históricos del Antiguo Testamento, nos lleva a través de un viaje desde el final del reinado del rey David hasta la división del reino de Israel. A lo largo de sus capítulos, se exploran temas de liderazgo, lealtad, obediencia y desobediencia, así como las consecuencias de las acciones de los reyes y los profetas. En este resumen, vamos a desglosar cada capítulo, proporcionando una visión clara y concisa de los eventos y personajes clave, y destacando las lecciones espirituales y morales que se pueden aprender de este importante libro bíblico. Acompáñanos en este viaje a través del primer libro de Reyes.
Capítulo 1
El primer capítulo del libro de Reyes nos presenta una transición crucial en la historia de Israel. El rey David, ahora en sus últimos días, ya no puede mantenerse caliente, incluso con muchas mantas. Sus sirvientes deciden buscar una joven, Abisag de Sunam, para cuidar y mantener caliente al rey. Sin embargo, David nunca la conoce. Durante este tiempo, Adonías, hijo de David y Haguit, se autoproclama rey, creando una división en el reino.
Adonías, a pesar de no ser el heredero designado, se rodea de carros, caballos y cincuenta hombres para fortalecer su reclamo al trono. Pero el profeta Natán y Betsabé, la madre de Salomón, informan a David de la usurpación de Adonías. David, en respuesta, declara que Salomón será su sucesor y ordena que sea ungido rey de Israel. Este capítulo establece el escenario para el reinado de Salomón y las luchas de poder que definirán su tiempo como rey.
Capítulo 2
El capítulo 2 del primer libro de Reyes marca el final de una era y el comienzo de otra. Aquí, David, en sus últimos días, da instrucciones a Salomón, su sucesor. David le aconseja a Salomón que sea fuerte y demuestre ser un hombre. Este consejo revela la preocupación de David por Salomón, quien había sido criado en el palacio rodeado de mujeres y estaba acostumbrado a las comodidades y al lujo. David, por otro lado, conocía la dura disciplina de las cuevas y la vida al aire libre.
David también da instrucciones a Salomón sobre ciertos asuntos pendientes con Joab, Barzilai y Simei. Después de la muerte de David, Salomón asume el trono. Adonías, que había intentado usurpar el trono, es ejecutado, y Abiatar es destituido del sacerdocio. Joab y Simei también son ejecutados. Este capítulo establece el tono para el reinado de Salomón, marcado por la sabiduría y la justicia, pero también por la intriga y el conflicto.
Capítulo 3
El capítulo 3 del primer libro de Reyes comienza con Salomón estableciendo una alianza con el faraón de Egipto al casarse con su hija. Durante este tiempo, el pueblo de Israel continuaba ofreciendo sacrificios en los lugares altos, ya que aún no se había construido un templo para el Señor. Salomón, a pesar de su matrimonio con una princesa egipcia, demostró su amor por el Señor y cumplió con los estatutos de su padre David. También se menciona que Salomón ofrecía sacrificios en Gabaón, el lugar alto principal.
En una noche, mientras Salomón dormía en Gabaón, el Señor se le apareció en sueños y le ofreció concederle lo que pidiera. Salomón, en lugar de pedir riquezas o una larga vida, pidió sabiduría para gobernar a Israel. Esta petición agradó al Señor, quien no solo le concedió un corazón sabio y entendido, sino que también le prometió riquezas y honor. El capítulo concluye con la famosa historia de las dos mujeres que reclamaban ser la madre de un niño, y cómo la sabiduría de Salomón resolvió el caso.
Capítulo 4
El capítulo 4 del primer libro de Reyes nos presenta la administración del reino durante el reinado de Salomón. Salomón, ahora como rey, establece su gobierno y designa a sus oficiales. Entre ellos se encuentran Azarías, hijo del sacerdote Sadoc; Elihoref y Ahías, hijos de Sisá, secretarios; Josafat hijo de Ahilud, canciller; Benaía hijo de Joiada sobre el ejército; Sadoc y Abiatar, los sacerdotes. Este capítulo también menciona a Azarías hijo de Natán, sobre los gobernadores; Zabud hijo de Natán, ministro principal y amigo del rey; Ahisar, mayordomo; y Adoniram hijo de Abda, sobre el tributo.
Además, este capítulo destaca la sabiduría y la fama de Salomón. Se nos dice que Salomón compuso tres mil proverbios y sus cantares fueron mil cinco. También disertó sobre los árboles, desde el cedro del Líbano hasta el hisopo que nace en la pared. Asimismo disertó sobre los animales, sobre las aves, sobre los reptiles y sobre los peces. La sabiduría de Salomón era tan reconocida que personas de todos los pueblos y de parte de todos los reyes de los países adonde había llegado la fama de su sabiduría venían para oírle.
Capítulo 5
El capítulo 5 del primer libro de Reyes nos muestra a Salomón consolidando su reinado y comenzando los preparativos para la construcción del Templo. Salomón, que ahora reina sobre todos los reinos, desde el Río hasta el país de los filisteos y hasta la frontera de Egipto, recibe tributos de estos reinos. Durante este tiempo, establece una alianza con Hiram, rey de Tiro, quien había sido un amigo de su padre David. Salomón le pide a Hiram que le suministre cedros del Líbano para la construcción del Templo, prometiendo pagar cualquier salario que Hiram establezca por sus siervos.
Hiram, complacido con la propuesta de Salomón, accede a proporcionar la madera de cedro y ciprés necesaria. Además, Salomón organiza un sistema de trabajo forzado para llevar a cabo la construcción del Templo. Este capítulo también destaca la sabiduría de Salomón, que superaba la de todos los orientales y toda la sabiduría de Egipto. Su fama se extendía por todas las naciones vecinas, y la gente acudía de todas partes para escuchar su sabiduría.
Capítulo 6
El capítulo 6 del primer libro de Reyes marca el comienzo de una de las obras más significativas del reinado de Salomón: la construcción del Templo. Este proyecto monumental se inicia en el cuarto año del reinado de Salomón, 480 años después de que los hijos de Israel salieron de Egipto. El Templo, destinado a ser la casa de Jehová, tenía sesenta codos de largo, veinte de ancho y treinta de alto. Salomón también hizo ventanas estrechas para la casa, y construyó aposentos alrededor del Templo.
Durante la construcción del Templo, el Señor se aparece a Salomón en un sueño. Le promete que si Salomón sigue sus preceptos y guarda sus mandamientos, Él habitará entre los hijos de Israel y no abandonará a su pueblo. Salomón, por su parte, continúa con la construcción del Templo y la termina. Este capítulo no solo destaca la devoción de Salomón a Dios y su deseo de construir un lugar de adoración, sino también la promesa de Dios de habitar entre su pueblo si siguen sus mandamientos.
Capítulo 7
El capítulo 7 del primer libro de Reyes nos muestra a Salomón en plena construcción de varias estructuras importantes. Después de terminar la construcción del Templo, Salomón se dedica a construir su propia casa, un proceso que dura trece años. También construye la casa “Bosque del Líbano”, una estructura impresionante de cien codos de longitud, cincuenta codos de anchura y treinta codos de altura, apoyada en cuatro hileras de columnas de cedro. Además, Salomón construye un pórtico de columnas, el pórtico del trono donde administraría justicia, y una casa para la hija del faraón, a la que había hecho su mujer.
Para estas construcciones, Salomón utiliza piedras selectas, cortadas y ajustadas con sierras según las medidas, tanto por dentro como por fuera. El rey Salomón también manda a buscar a Hiram de Tiro, un experto trabajador del bronce. Hiram realiza varias obras para el Templo, incluyendo dos columnas de bronce de dieciocho codos de altura y doce codos de circunferencia, y dos capiteles de fundición de bronce para ser puestos sobre las cabezas de las columnas. Este capítulo destaca la magnificencia de las construcciones de Salomón y su dedicación a crear estructuras que reflejen la gloria de Dios.
Capítulo 8
El capítulo 8 del primer libro de Reyes es un punto culminante en la historia de Israel, ya que marca la dedicación del Templo. Salomón reúne a los ancianos de Israel, a todos los jefes de las tribus y a los príncipes de las casas paternas de los israelitas en Jerusalén para trasladar el Arca de la Alianza del Señor desde la Ciudad de David, es decir, desde Sión. Durante la Fiesta solemne del mes de Etanín, que es el séptimo mes del año, los sacerdotes levantan el Arca y la introducen en el lugar santísimo de la Casa, bajo las alas de los querubines. Mientras tanto, Salomón y toda la comunidad de Israel ofrecen sacrificios de ovejas y bueyes en cantidades incontables.
En este capítulo, también se destaca la aparición del Señor a Salomón. Cuando los sacerdotes salen del santuario, la nube llena el Templo del Señor, y la gloria del Señor llena la Casa. En respuesta a esto, Salomón dice: «El Señor ha decidido habitar en la nube oscura. Sí, yo te he construido la Casa de tu señorío, un lugar donde habitarás para siempre»12. Este capítulo no solo destaca la devoción de Salomón a Dios y su deseo de construir un lugar de adoración, sino también la promesa de Dios de habitar entre su pueblo si siguen sus mandamientos.
Capítulo 9
El capítulo 9 del primer libro de Reyes nos muestra a Dios apareciéndose a Salomón por segunda vez después de que Salomón terminó de construir la Casa del Señor, la casa real y todo lo que fue de su agrado. Dios le dice a Salomón: «He oído tu oración y la súplica que has pronunciado en mi presencia. Yo he consagrado esta Casa que tú has edificado a fin de poner allí mi Nombre para siempre: mis ojos y mi corazón estarán allí todos los días»1. Además, Dios le hace una promesa a Salomón: si él y sus hijos siguen los mandamientos y preceptos de Dios, Dios mantendrá para siempre su trono real sobre Israel.
Sin embargo, Dios también advierte a Salomón de las consecuencias de la desobediencia. Si Salomón y sus hijos se apartan de Dios y sirven a otros dioses, Dios extirpará a Israel del suelo que le dio, y apartará lejos de su presencia la Casa que consagró a su Nombre1. En este capítulo, también vemos a Salomón construyendo varias ciudades y fortalezas, incluyendo las ciudades para los carros de guerra y la caballería, y todas las demás construcciones que Salomón quiso levantar en Jerusalén, en el Líbano y en todo el país sometido a su dominio.
Capítulo 10
El capítulo 10 del primer libro de Reyes nos presenta la visita de la reina de Sabá a Salomón. La reina de Sabá, habiendo oído hablar de la fama de Salomón, decide ponerlo a prueba con preguntas difíciles. Llega a Jerusalén con un gran séquito, cargada de especias, oro en abundancia y piedras preciosas. Salomón responde a todas sus preguntas, y la reina de Sabá queda asombrada al ver la sabiduría de Salomón, el templo que había edificado, la comida de su mesa, las habitaciones de sus oficiales, y los holocaustos que ofrecía en el templo del Señor.
La reina de Sabá obsequia a Salomón con tres mil novecientos sesenta kilos de oro, gran cantidad de especias y piedras preciosas. Nunca antes se había visto tal cantidad de especias como las que la reina de Sabá le obsequió al rey Salomón. Además, este capítulo destaca las riquezas y la fama de Salomón. La renta que Salomón recibía anualmente era de veintidós mil kilos de oro, sin contar los tributos de los mercaderes, de las especias, y de los reyes de Arabia y los gobernadores del país.
Capítulo 11
El capítulo 11 del primer libro de Reyes nos muestra la decadencia de Salomón. A pesar de las advertencias de Dios, Salomón se enamora de muchas mujeres extranjeras, incluyendo moabitas, amonitas, edomitas, sidonias y heteas. Estas mujeres desvían su corazón hacia otros dioses. Salomón construye lugares altos para Quemos, el ídolo abominable de Moab, y para Moloc, el ídolo abominable de los hijos de Amón. Por estas acciones, el Señor se enoja con Salomón.
Dios le dice a Salomón que, debido a su desobediencia, le quitará el reino y se lo dará a su siervo. Sin embargo, Dios no hará esto durante la vida de Salomón, sino durante la vida de su hijo. Además, Dios no le quitará todo el reino a Salomón, sino que le dejará una tribu a su hijo por amor a David. Este capítulo también menciona a Hadad, el edomita, quien se convierte en un adversario para Salomón.
Capítulo 12
El capítulo 12 del primer libro de Reyes nos muestra un punto de inflexión en la historia de Israel, con la división del reino. Roboam, hijo de Salomón, se dirige a Siquem para ser proclamado rey. Sin embargo, el pueblo, liderado por Jeroboam, pide a Roboam que alivie el duro yugo que Salomón les había impuesto. Roboam, en lugar de escuchar el consejo de los ancianos de ser servidor del pueblo, sigue el consejo de los jóvenes y responde duramente al pueblo, prometiendo un yugo aún más pesado.
Esta respuesta provoca una rebelión entre las tribus de Israel. Cuando Roboam envía a Adoram, encargado del reclutamiento, el pueblo lo mata a pedradas. Roboam huye a Jerusalén, y las diez tribus del norte de Israel se rebelan contra la casa de David y siguen a Jeroboam, cumpliendo la palabra que el Señor había dicho a Jeroboam por medio de Ahías. Así, el reino de Israel se divide en dos: el reino del norte (Israel) bajo Jeroboam, y el reino del sur (Judá) bajo Roboam.
Capítulo 13
El capítulo 13 del primer libro de Reyes nos presenta a un profeta anónimo de Judá que llega a Betel por mandato de Dios. Este profeta se enfrenta al rey Jeroboam, quien estaba junto al altar para quemar incienso. El profeta clama contra el altar y profetiza que un hijo llamado Josías nacerá en la casa de David y sacrificará sobre el altar a los sacerdotes de los lugares altos. También predice que el altar se quebrará y la ceniza que sobre él está se derramará. Cuando Jeroboam extiende su mano contra el profeta, su mano queda paralizada.
El rey Jeroboam, asustado, pide al profeta que ore a Dios para que su mano sea restaurada. El profeta ora y la mano del rey es restaurada. A pesar de este milagro, el profeta rechaza la invitación de Jeroboam de ir a su casa a comer y recibir un regalo. En cambio, el profeta se va por otro camino, según la palabra de Dios. Sin embargo, un viejo profeta de Betel engaña al profeta de Judá para que venga a su casa a comer. Como resultado de su desobediencia, el profeta de Judá es asesinado por un león en el camino.
Capítulo 14
El capítulo 14 del primer libro de Reyes nos muestra la profecía contra Jeroboam y la muerte de su hijo Abdías. Jeroboam envía a su esposa disfrazada a consultar al profeta Ahías sobre el destino de su hijo enfermo. Ahías, aunque casi ciego por la vejez, recibe una revelación de Dios y confronta a la esposa de Jeroboam con un mensaje duro. Ahías revela que Dios ha visto cómo Jeroboam se ha apartado de Él cayendo en la idolatría. Como resultado, la enfermedad y la consecuente muerte del niño Abdías son un acto directo de disciplina de Dios.
Además, Ahías profetiza que Dios traerá el mal sobre la casa de Jeroboam, extirpando a todos los hombres de su casa en Israel. Los que mueran en la ciudad serán comidos por los perros, y los que mueran en el campo, por las aves del cielo. Dios también levantará un rey en Israel que extirpará la casa de Jeroboam. Finalmente, cuando la esposa de Jeroboam regresa a su casa, su hijo muere, cumpliendo la profecía de Ahías.
Capítulo 15
El capítulo 15 del primer libro de Reyes nos presenta los reinados de Abiam y Asa en el reino de Judá. Abiam, hijo de Rehoboam, reina durante tres años en Jerusalén. A pesar de que sigue los pecados de su padre, Dios le da una lámpara en Jerusalén por amor a David. Después de la muerte de Abiam, su hijo Asa asume el trono. Asa es descrito como un rey que hizo lo recto ante los ojos de Jehová, como David su padre. Quita del país a los sodomitas, quita todos los ídolos que sus padres habían hecho, y hasta priva a su madre Maaca de ser reina madre, porque había hecho un ídolo de Asera.
Sin embargo, los lugares altos no se quitan, aunque el corazón de Asa fue perfecto para con Jehová toda su vida. Asa también mete en la casa de Jehová lo que su padre había dedicado, y lo que él dedicó: oro, plata y alhajas. Durante su reinado, hay guerra constante entre Asa y Baasa, rey de Israel. Cuando Baasa rey de Israel sube contra Judá y edifica a Ramá, Asa toma toda la plata y el oro que había quedado en los tesoros de la casa de Jehová, y los tesoros de la casa real, y los envía a Ben-adad hijo de Tabrimón, hijo de Hezión, rey de Siria, para que rompa su pacto con Baasa rey de Israel.
Capítulo 16
El capítulo 16 del primer libro de Reyes nos presenta una serie de cambios tumultuosos en el liderazgo del reino de Israel. Comienza con la profecía de Jehú hijo de Hanani contra Baasa, anunciando la destrucción de su casa debido a su idolatría. Tras la muerte de Baasa, su hijo Ela reina por un breve período antes de ser asesinado por Zimri, un oficial de su ejército. Zimri, después de tomar el trono, extermina toda la casa de Baasa. Sin embargo, su reinado es efímero, ya que Omri, el comandante del ejército, se subleva contra él y Zimri muere al incendiar el palacio real.
Omri, después de una breve lucha por el poder con Tibni, se convierte en el próximo rey de Israel. Omri es notable por trasladar la capital a Samaria. Después de la muerte de Omri, su hijo Acab se convierte en rey. Acab, influenciado por su esposa Jezabel, introduce la adoración de Baal en Israel, provocando la ira de Dios. Este capítulo destaca la continua desobediencia de los reyes de Israel a Dios y las consecuencias de su idolatría.
Capítulo 17
El capítulo 17 del primer libro de Reyes introduce al profeta Elías, quien predice una sequía en Israel. Elías, originario de Tisbé en Galaad, le dice al rey Ajab que no habrá rocío ni lluvia en los próximos años, excepto por su palabra. Luego, por instrucciones de Dios, Elías se esconde en el arroyo de Querit, al este del Jordán. Allí, los cuervos le traen pan y carne por la mañana y por la tarde, y bebe del arroyo. Sin embargo, después de un tiempo, el arroyo se seca debido a la falta de lluvia.
Dios luego le ordena a Elías que vaya a Sarepta, en la región de Sidón, donde una viuda le proporcionará sustento. Cuando Elías llega a Sarepta, encuentra a la viuda recogiendo leña y le pide agua y pan. La viuda, que solo tiene un poco de harina y aceite, le dice a Elías que solo tiene suficiente para una última comida para ella y su hijo antes de morir de hambre. Sin embargo, Elías le asegura que si hace un pan para él primero, la harina y el aceite no se agotarán hasta que llueva de nuevo. La viuda sigue las instrucciones de Elías y, tal como él predijo, la harina y el aceite no se agotan.
Capítulo 18
El capítulo 18 del primer libro de Reyes nos presenta el enfrentamiento entre el profeta Elías y los profetas de Baal. Elías regresa a ver a Acab en el tercer año de sequía y le propone un desafío en el monte Carmelo. El desafío consiste en que los profetas de Baal y Elías prepararán cada uno un altar con un novillo, pero no le pondrán fuego. Luego, invocarán el nombre de su dios, y el dios que responda con fuego será considerado el verdadero Dios. Los profetas de Baal invocan a su dios todo el día, pero no hay respuesta.
Por otro lado, Elías prepara su altar, incluso lo riega con agua, y luego invoca al Señor. Inmediatamente, fuego desciende del cielo y consume el holocausto, la leña, las piedras y el agua. Al ver esto, el pueblo reconoce al Señor como el verdadero Dios. Luego, por orden de Elías, el pueblo captura y mata a todos los profetas de Baal. Finalmente, Elías le dice a Acab que se prepare porque está en camino mucha lluvia, poniendo fin a la sequía.
Capítulo 19
El capítulo 19 del primer libro de Reyes nos presenta a Elías, quien, después de demostrar la supremacía de Dios sobre los dioses de Baal, huye por su vida ante las amenazas de Jezabel. Elías se refugia en el desierto y, en su desesperación, pide a Dios que le quite la vida. Sin embargo, un ángel del Señor se le aparece dos veces, proporcionándole comida y agua, y le ordena que viaje al monte Horeb. Fortalecido por la comida, Elías viaja durante cuarenta días y cuarenta noches hasta llegar a Horeb.
En Horeb, Elías se refugia en una cueva, donde Dios se le aparece. Dios le muestra a Elías su presencia no en un viento fuerte, ni en un terremoto, ni en un fuego, sino en un suave susurro. Luego, Dios le da a Elías nuevas instrucciones: debe ungir a Hazael como rey de Siria, a Jehú como rey de Israel, y a Eliseo como su sucesor. Este capítulo destaca la misericordia y la paciencia de Dios hacia Elías, así como su soberanía al establecer líderes según su voluntad.
Capítulo 20
El capítulo 20 del primer libro de Reyes nos presenta una serie de batallas entre Israel y Siria. El rey de Siria, Ben-adad, asedia Samaria con una gran coalición de reyes. Aunque inicialmente Ahab está dispuesto a someterse a las demandas de Ben-adad, se niega cuando Ben-adad exige buscar en sus palacios cualquier cosa que sea de su agrado para llevársela. En respuesta a la negativa de Ahab, Ben-adad amenaza con destruir Samaria. Sin embargo, un profeta se acerca a Ahab y le asegura que Dios le dará la victoria sobre Siria. Ahab lidera un ataque sorpresa y derrota al ejército sirio.
El año siguiente, Ben-adad vuelve a atacar a Israel, creyendo que los israelitas solo tienen poder en las colinas y no en las llanuras. Sin embargo, un profeta le dice a Ahab que Dios le dará la victoria para demostrar que Él es el Señor. Ahab y los israelitas derrotan a los sirios en una gran batalla, y Ben-adad huye. Ahab hace un tratado con Ben-adad y lo deja ir, lo cual provoca la ira de Dios. Un profeta condena a Ahab por liberar a Ben-adad, diciendo que su vida será requerida por la vida de Ben-adad.
Capítulo 21
El capítulo 21 del primer libro de Reyes nos muestra la codicia del rey Acab por la viña de Nabot. Acab desea la viña de Nabot, que está cerca de su palacio, y le ofrece a Nabot una mejor viña o su valor en dinero. Sin embargo, Nabot se niega a entregar la heredad de sus padres. Esto deja a Acab triste y enojado. Jezabel, la esposa de Acab, al verlo así, trama un plan para obtener la viña. Ella escribe cartas en nombre de Acab, proclama un ayuno y coloca a Nabot en un lugar prominente. Luego, trae a dos hombres malvados para que testifiquen falsamente que Nabot ha blasfemado contra Dios y el rey. Como resultado, Nabot es lapidado hasta la muerte, y Acab toma posesión de su viña.
Elías, el profeta de Dios, se enfrenta a Acab después de que este se apodera de la viña. Elías le dice a Acab que, en el lugar donde los perros lamieron la sangre de Nabot, los perros lamerán su sangre. También profetiza que Dios traerá un desastre sobre Acab y exterminará a todos los varones de su casa. Además, predice que los perros comerán a Jezabel en el muro de Jezreel. Al oír estas palabras, Acab se humilla ante Dios. Dios ve su humildad y decide que el desastre no vendrá durante su vida, sino durante la vida de su hijo.
Capítulo 22
El capítulo 22 del primer libro de Reyes narra la historia del rey Acab y su alianza con Josafat, rey de Judá, para luchar contra los sirios. Antes de ir a la batalla, Acab busca el consejo del profeta Micaías, quien le advierte que perderá la guerra y morirá en ella. A pesar de las predicciones de Micaías, los otros profetas aconsejan al rey que vaya a la guerra y aseguran que tendrá éxito. Micaías, en cambio, da una respuesta que no es lo que el rey quería escuchar, pero que resultó ser la verdad.
Este relato tiene una aplicación importante en la educación, ya que, a menudo, los estudiantes buscan la aprobación de sus maestros o compañeros antes de tomar decisiones importantes. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la aprobación no siempre significa la mejor opción. Al igual que Micaías, es importante buscar la verdad y hacer lo correcto, incluso si eso significa ir en contra de la mayoría o enfrentar dificultades. Es crucial enseñar a los estudiantes a buscar la verdad, no temer ser diferente y estar dispuestos a escuchar opiniones diferentes.