Génesis 24 explicación y comentario: una esposa para Isaac

Indice de contenido:

Este pasaje, al igual que el anterior, nos muestra lo que Dios estaba haciendo en favor de su pueblo en la historia, no solamente dándole una propiedad para enterrar a los difuntos, sino también dándole una esposa a Isaac, el único hijo de Abraham. La historia nos pone en contexto: Abraham estaba muy viejo (posiblemente tenía unos 137 años, teniendo en cuenta la edad de la muerte de Sara), la muerte de Sara aún pesaba sobre el corazón de Isaac y Abraham tenía conocimiento de una hija de Betuel.

Este pasaje corresponde a la parte final de la historia de Abraham, y se relaciona con la sección de la promesa sobre la descendencia (ver 12:2; 13:15; 15:5; 17:2, 4, 16; 18:18; 22:17; 26:4; 28:4; 32:12. La prueba; 11:30; 15:2, 3; 16:1; 17:17; 22:12[1]), este es el enfoque que se encuentra en el texto: Dios provee una esposa para el hijo de la promesa y perpetúa así la descendencia santa, cumpliendo su promesa.

Después de esto, en el capítulo 25 y 26, encontramos el enfoque dedicado a la historia de Jacob, donde Isaac pasa a ser un personaje secundario. De modo que este enfoque en la descendencia, y finalmente en Jacob, el fundador oficial de la nación de Israel (de donde se toma este nombre), es lo que predomina. Toda esta historia (cap. 22-25) hacen referencia a la confirmación de las promesas del pacto en la vida de Abraham y su hijo.

Versículos 1 al 9

El texto comienza poniendo nuestra mirada en Abraham y su avanzada edad, podríamos decir que Abraham tenía alrededor de unos 137 años, aunque Dios igualmente le permitió vivir unos 28 años más, de hechos es probable que Abraham conociese a sus nietos Jacob y Esaú, ya que Isaac se casó a la edad de 40 años. La edad es puesta aquí para contrastar el evento con la continuidad de la descendencia de Abraham y los eventos consecuentes de adquirir una esposa y que Dios haya bendecido el camino del siervo de Abraham.

Ahora bien, no solamente vemos esto, sino que también Dios había bendecido grandemente a Abraham (cp. 24:25; 49:25; Is. 51:2), dándole propiedades, paz, riqueza, prestigio y poder. Por eso se nos dice que la bendición de Abraham había sido integral, es decir, Dios lo había bendecido en todo (Pr. 10:12). Esto es puesto en contexto en parte por los motivos de Abraham, pero también por la movida de Abraham para tomar a Rebeca como esposa de Isaac, también es posible que sea puesto esto en contexto para dar a entender por qué iba su siervo y no el mismo.

Por ello, nos dice que habló con su criado más antiguo, la persona que estaba encargada de todos sus bienes, naturalmente aquel en quien tenía mayor confianza y que incluso fue considerado como objeto de adopción ante la esterilidad de Sara.

Lo dicho por Abraham viene con una formalidad de compromiso, colocar la mano bajo el muslo de Abraham (cp. 24:29; 47:29) y solicitaba un juramento delante del Señor, el Dios de los cielos y de la tierra (quien se invoca como un testigo en este caso), que no tomaría mujer de entre las cananeas para su hijo Isaac (cp. Ex. 34:16; Deu. 7:3-4; Gen. 26:34-35). Esto, desde la perspectiva del resto del pentateuco, era una clara forma de piedad de parte de Abraham, quien daba prioridad a la pureza del linaje y de la religión, la constante advertencia a las cananeas y mujeres paganas estaba directamente relacionada con la idolatría (cp. Neh. 13:23-27; Jue. 3:6-7).

Por el contrario, debe ir a la tierra de Abraham, dónde está su familia, y de allí escoger una esposa para Isaac (Gen. 11:25-32).

Entre las tribus pastoriles, los arreglos matrimoniales son hechos por los padres, y un joven tiene que casarse, no entre extraños, sino dentro de su tribu, dándole las costumbres el derecho, al cual rara vez o nunca resiste, a la mano de su prima. Pero Abraham tenía un motivo superior: el temor de que, si su hijo se casaba con mujer de una familia cananea, poco a poco fuera alejado del Dios verdadero.[2]

En el versículo 4 el siervo de Abraham habla sobre los posibles percances, puesto que la verdad era que era posible que su misión no fuera exitosa, en este caso la pregunta surge por el hecho del fracaso de este hombre en la misión. En el caso dado, es que ella venga a la tierra, y no que él vaya hacia allá de allí, que Abraham le afirme en el versículo 5 que se guarde llevar a su hijo a aquel lugar a habitar, lo cual sería contrario a la orden de Dios para Abraham y consecuentemente a su descendencia, es decir, a Isaac. La NVI y NTV traducen esta respuesta de Abraham de una manera enfática, con un no marcado en gran manera.

Lo que continúa en los versículos 6 y 7 es interesante. Primero indica que el Dios que lo sacó de su tierra, y le indico que le daría esta tierra, el mismo Dios que le juró cumplir estas promesas, sería el mismo que enviaría a su ángel delante del siervo de Abraham para bendecir su camino. Como vemos, Abraham coloca y entiende ahora correctamente las promesas y las pone en práctica, ¿Por qué no debe llevar a Isaac a aquellas tierras? Porque la tierra que Dios prometió a su descendencia era esta.

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Lo siguiente que afirma es igualmente interesante, puesto que Abraham confía en el Señor y en su gracia para bendecir el camino de su siervo, aun así, admite que es posible que aquella mujer no quiera venir a esta tierra, pese a que lo que le espera es una gran riqueza y bendición. Recordemos que salir de la tierra equivalía a un acto de fe (Heb. 11:8). Si tal cosa ocurre, debe tener en cuenta que es libre del juramento, pero debe evitar a toda costa hacer regresar a su hijo a aquellas tierras.

Luego de todo esto, luego de que las aclaratorias conforme al juramento estaba declarada y la tarea había sido asignada, el siervo de Abraham colocó la mano bajo su muslo y juro por el Señor que haría como se lo había ordenado su señor. Esto marca un hito, ya que los versículos 1 al 2 empiezan con la solicitud del juramento, y el versículo 9 cierra con la ejecución del juramento.

Versiculos 10 al 14

Acto seguido se nos informan las acciones preparativas del criado de Abraham:

  • Tomó diez camellos: lo que significaba que llevaría una gran carga, víveres, regalos y otras cosas necesarias para cumplir con su misión.
  • Tomó regalos escogidos de parte de su señor: estos eran los equivalentes a una dote para una joven virgen (cp. vv. 22, 53).

Luego de adquirir todo esto, fue hacia la ciudad de Najor, en Aram Najarayin, que quedaba al sur de Mesopotamia. Al llegar a aquella ciudad (veamos que hay una elipsis en cuanto a detalles del viaje, aunque el viaje pudo haber sido un tanto largo), hizo que sus camellos descansaran en un pozo de agua, cerca del atardecer, la hora cuando las mujeres salen en busca de agua lo cual sería una excelente oportunidad para conseguir a la futura esposa de Isaac. En el medio oriente las fuentes son lugares de encuentros, son puntos en común de la comunidad y donde las personas interactúan, así vemos el punto donde se encuentra el Señor y la Samaritana.

Fue allí donde el siervo de Abraham levanto una oración al Señor, la oración habla sobre el Dios de mi señor Abraham (reconociendo el Dios de los judíos y cristianos en esta oración), ruega que le vaya bien y que demuestre amor a su señor Abraham, manifiesta estar a la espera de la joven que sería la indicada para Isaac. Pero, allí solicita algo muy explícito, una forma de pedir una confirmación sobre quién sería esta joven que, luego de pedirle agua para beber (es probable que este siervo estuviera ya algo anciano), y responda no solamente dándole agua a aquel varón, sino también sirviendo agua a los camellos, sea ella la mujer adecuada. Como vemos, el siervo de Abraham confiaba en la providencia de Dios y buscaba confirmación con aspectos muy claros y precisos.

En este texto dice el siervo de Abraham que este sea la mujer que has escogido para tu siervo Isaac, y así sabré que has expresado tu amor para con tu siervo Abraham. Lo interesante es la perspectiva de la providencia, de la elección, del control de los eventos, es decir, su soberanía, y la expresión de amor de Dios para con Abraham. Los atributos de Dios están plasmados en esta oración y son un recordatorio de cómo se ven en la narración.

La solicitud parece un tanto extraña, no obstante tenía en mira la piedad de la mujer, tal vez no su vida de oración o su adoración al Dios verdadero (aunque se podría presuponer), pero sí algo muy importante: la caridad. Recordemos que un camello en dichas circunstancias puede llegar a beber 135 litros de agua en unos pocos minutos, de hecho, estos litros de agua puede ingerirlos en apenas unos 13 minutos (10 por cada 1 minuto), de modo que la mujer era misericordiosa, servicial y sacrificada, puesto que, aunque iba a buscar agua para sí misma y para los suyos se prestó abnegadamente al servicio de un extraño. Lo cual sería para ella una gran bendición.

¿Eliezer tentó al Señor?

En ocasiones vemos que algunos personajes toman “pruebas” para poder confirmar la voluntad de Dios sobre un asunto, una forma para poder discernir la naturaleza de las cosas o recibir una confirmación de parte del Señor, especialmente cuando aquello que se hace está bajo el mandato y el escrutinio divino.

Versículos 15 al 27

Ni siquiera había terminado de orar Eliezer cuando el Señor respondió la oración de este siervo. El narrador es muy específico en darnos a relucir que la oración había sido respondida: Rebeca, hija de Betuel (cp. 22:20-24; 24:45), se identifica como sobrina segunda de Abraham, puesto que el hermano de Abraham era el abuelo de Rebeca. Allí fue cuando vio a Rebeca con su cántaro en el hombro, casi como presentándose ¡Aquí está la esposa de Isaac!

Rebeca, igual que Sara, era una joven muy hermosa, virgen, que no estaba comprometida con ningún varón e iba en busca de agua en aquella fuente. Ella estaba a punto de irse, puesto que había bajado su cántaro e iba de regreso a su hogar con el agua necesaria. Fue allí donde Eliezer fue a su encuentro para pedirle agua y le dijo “Te ruego que me des un poco de agua de tu cántaro” o como dice la NTV “Por favor, deme de beber un poco de agua de su cántaro” ¿Qué fue lo que pasó? Ella bajó su cántaro y le dio de beber al siervo, pero no solamente esto, sino que también les dio de beber a los camellos ¡Hasta que se sacien! Esto era un acto que iba incluso más allá de las expectativas de Eliezer, y demostraba que Rebeca era una buena mujer para Isaac.

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Ella hizo esto último con una energía bastante marcada (v. 19), el texto dice que ella “corrió” “se dio prisa” “y dio de beber a los camellos…” pero Eliezer estaba completamente maravillado, pensando en silencio si Dios había prosperado su camino, lo que en efecto fue así (24:12, 56). Una vez que Rebeca dio de beber a los camellos hasta saciarse, les dio regalos por su bondad para con él: le colocó un anillo para su nariz y dos brazaletes de oro, el primero pesaba 6 gramos y los otros dos pesaban 100 gramos. Luego de dar ese regalo, y solamente necesitando una información final para confirmar la respuesta a la oración, preguntó “¿Podría usted decirme de quién es hija, y si habrá lugar en la casa de su padre para hospedarnos?” (v. 23). Esta pregunta era crucial, recordemos que estaba prohibido tomar esposa para Isaac fuera de la familia de Abraham, no solamente era un asunto de tierra, sino también de linaje y descendencia. La segunda parte de la pregunta, como es natural, tendría que ver con obtener un lugar para hospedarse, ya que como vemos esta mujer era alguien bastante caritativa y sin duda seria de una familia hospedadora, una costumbre del antiguo medio oriente bastante respetada y que iba en dirección de los moradores.

Ante esta pregunta indica que es hija de Betuel, hijo de Milca, quien dio a luz a Nacor. Es decir, familia de Abraham y, en cuanto a lo segundo, hay suficiente espacio y recursos para recibir a Eliecer ¡Sin duda la misión había tenido éxito!

¿Cómo termina esta sección?

Eliezer se postró de rodillas y adorar al Señor, la adoración que expresó manifiesto la comprensión de lo sucedido y da luz sobre el pasaje. Primero que nada, encontramos una bendición “bendito sea el Señor, el Dios de mi amo Abraham” (Gen. 14:20; Ex. 12:10; Sal. 72:18-19), pero manifiesta que “no dejó de mostrar su amor y fidelidad [a Abraham…]”, lo cual es hermoso, puesto que aquí se reconoce, en estos hechos, el amor y la fidelidad de Dios para con su pueblo y para con el patriarca Abraham. La tercera parte del versículo habla de cómo se manifiesta esto “al guiarme a la casa de sus parientes”, la providencia está aquí presente para darnos a conocer el amor y la gracia de Dios, su fidelidad y bondad al ajustar los eventos a las necesidades de los personajes, pero también al dar continuidad, cumplimiento y confirmación a las promesas del pacto.

Versículos 28 al 51

Acto seguido la muchacha corrió (Rebeca, como que corría mucho) a contarle a su familia sobre lo sucedido, sin duda, narrará el evento y que quien venía a aquel lugar como un huésped era el mayordomo de un tío abuelo que pertenecía a tierras lejanas ¿Cuál sería la razón de su visita? Sin duda, esto le daría mucha intriga a una joven como Rebeca. Ante ello, Laban fue corriendo hasta la fuente luego de ver los pendientes y los brazaletes de Rebeca, y allí vio a Eliezer.

Cuando lo vio le dijo “Ven bendito del Señor” (¿Es probable que este título viniese de escuchar la historia de parte de Rebeca? Ver 26:29; Rut. 3:10) luego añade “¿Qué haces allí afuera?” Y lo invita a la casa. Acto seguido fueron a la casa, Laban atendió a los camellos dándole forraje, agua y alimento, como también lavó los pies de Eliezer y de sus compañeros. Como es de esperarse, luego de hacer todo este procedimiento de bienvenida y hospedaje vendría la comida, pero, antes de comer, Eliezer solicita hablar sobre su misión antes que cualquier otra cosa.

A continuación, desde el versículo 34 al 49, se expresa la narración desde la perspectiva de Eliezer. Primero habla sobre quién es él, él es el siervo de Abraham, sin duda uno distinguido, aunque el mismo no se presenta de esta forma. Luego habla sobre Abraham, quien ha sido bendecido grandemente por el Señor (cp. 12:16; 13:2; 26:13-14) y, su esposa, Sara, le dio un hijo en su vejez (lo cual explicaría que el tío abuelo de Rebeca estuviera buscando esposa para su hijo) pero, aún más interesante, toda la riqueza de Abraham ha sido depositada sobre un solo hijo: Isaac.

Desde el versículo 37 al 41 es un recuento sobre lo sucedido en los versículos 2 al 8, por lo que no deberíamos darle mucha evaluación, ya que está escrito de la misma forma. No obstante, no debemos perder el sentido que adquiere esta narración en el contexto de aquella cena: Eliezer estaba indicando el deseo de tomar a Rebeca como esposa para Isaac, hijo de Abraham.

En los versículos 42 al 48 narra lo ocurrido cuando llegó a aquellas tierras, primero explica cómo Eliezer solicitó a Dios una confirmación sobre la mujer que escogiese Dios para Isaac y, así como él solicitó, así sucedió con Rebeca. Luego narra lo acontecido, sucedió, así como Dios había dispuesto y como Eliezer había solicitado la confirmación sobre la doncella. Acto seguido, Eliezer agrega la interpretación del evento en el versículo 48: adoro al Señor por haberlo dirigido hacia una parienta de Abraham, puesto que con este propósito había venido. El versículo 49 cierra la ventana, pidiendo que manifiesten su voluntad para con él, que dejen claro que es lo que se espera de él, sea que quiere o no que lo digan para que Eliezer sepa qué hacer.

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El reconocimiento de que el Señor había ordenado todo esto es de común acuerdo en la familia, en este caso, aunque la respuesta es un tanto ambigua, dan un sí al asunto de darle a Rebeca a Eliezer para ser esposa de Isaac. Pero cuando indican esto, reconocen que la decisión no ha sido tomada por ellos, sino que ha sido Dios quien ha designado esto, la declaración final dice “tal como el Señor lo ha dispuesto” (NVI/NTV), “como el SEÑOR ha dicho” (LBLA), “como lo tiene ordenado YHVH” (BTX), estas expresiones muestran el reconocimiento de Dios en estos eventos y que ante ellos es imposible no darles una respuesta positiva, en este caso la voluntad de Dios estaba clara en virtud de los eventos.

Versículos 52 al 67

La respuesta de Eliezer, al igual que en el primer “evento de bendición”, fue la de postrarse en tierra en adoración a Dios. Por ello, le dio unos vestidos y obsequios a Rebeca, igualmente dio costosos regalos a sus hermanos y a su madre, los cuales muy probablemente equivaldrían a una dote para la doncella. Pareciera que el padre de Rebeca no estaba vivo o no estaba presente para ese momento, lo más posible sería la primera opción en vista de lo sucedido.

En forma de comunión comieron y bebieron, y pasaron la noche compartiendo, lo cual simbolizaba un acuerdo establecido y un pequeño festejo. Al día siguiente, de forma muy diligente, Eliezer solicita ser enviado con su señor para cumplir con la misión. Pero el hermano (muy posiblemente el mayor y primogénito) conjuntamente con su madre, solicitaron por lo menos un plazo de 10 días para poder enviar a la joven. A lo que Eliezer objeta que, el Señor ha prosperado su viaje, por tanto, es necesario que continúe su camino, a esto debemos dar a entender que la presencia de Dios y su función providencial era un argumento que marca toda decisión en este pasaje.

Pero, para buscar una tercera opinión, consultan a Rebeca. A lo cual ella indica que irá con aquel hombre, por lo que todo va en buena dirección. Por tanto, los hermanos y su madre despidieron a Rebeca, a su nodriza, a Eliezer y a sus compañeros. En esta despedida la bendición de sus parientes, sin saberlo o no, evoca la promesaa de la descendencia numerosa prometida en el pacto: por un lado, es una descendencia numerosa, pero también una descendencia poderosa, con dominio sobre la tierra y conquista sobre sus enemigos (muy importante para el contexto). Acto seguido, se montaron las criadas de Rebeca sobre los camellos y se fueron a la tierra donde habitaba Isaac.

Desde el versículo 62 al 67 se narra la escena final, en ella vemos que Isaac regresa de una ida al pozo, se nos dice que él iba a meditar a aquel lugar. Se nos informa que habitaba en la región del Neguev. Pero, casualmente, al dar un paseo por el campo diviso, que a lo lejos venían unos camellos, y al mismo tiempo Rebeca vio a Isaac (posiblemente chocaron miradas), automáticamente Rebeca se bajó del camello y preguntó quién era aquel hombre. Pero la pregunta era ¿Quién venía a nuestro encuentro?, a lo que Eliezer responde: es mi amo. Entonces tomó el velo y se cubrió.

El criado le contó todo lo que había sucedido a Isaac. Isaac introdujo a Rebeca en la antigua tienda de su madre, la tomo como esposa y la amo (referencia matrimonial de amor, no sexual), con esto Isaac fue consolado por la muerte de su madre.

De esta manera, debemos prestar atención a varios elementos del pasaje:

La interpretación de Eliezer de este evento y del éxito de este evento como una manifestación del amor y de la fidelidad de Dios, por ende, cada paso hacia el encuentro de Rebeca e Isaac nos deben llevar a pensar en el amor y la fidelidad de Dios para con Abraham. Este último aspecto es tomado como elemento de redención y salvación para la ejecución de las maravillas en el Éxodo, es por la fidelidad a Abraham, cabeza federal, que se llega a obtener salvación.

Por otro lado, la soberanía de Dios está claramente indicada de distintas maneras, esto es reconocido en la comprensión de Eliezer, pero también de los familiares de Rebeca, aún más por el mismo Abraham quien afirma que el Ángel del Señor estará allí haciendo la obra para que esto se cumpliera a cabalidad. Las alabanzas y la adoración está presente en cada logro, y las bendiciones nos recuerdan a las promesas del pacto.

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