Explicación del Salmo 91

Explicacion del Salmo 91

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El Salmo 91 es uno de los salmos más conocidos y amados por los creyentes, ya que expresa la confianza y la seguridad que tenemos en Dios como nuestro refugio y protector. Este salmo ha sido usado a lo largo de la historia para orar por la protección y el auxilio divino en momentos de angustia, peligro o enfermedad. En este artículo, vamos a explicar el significado y el contexto del Salmo 91, así como su aplicación práctica para nuestra vida cristiana.

Versículos 1 al 2

El texto comienza con una declaración de alguien, al igual como lo hacen otros salmos de características similares (Sal. 1; 15; 128; etc.), lo cual nos da una declaración del hombre recto, justo, sabio, y piadoso, quien teme al Señor y pone al Señor en el lugar de honor en su vida. Este hombre es manifestado como un ideal al cual apuntar, un arquetipo del buen Israelita, quien busca y ama al Señor, le va bien y es bendecido por el Señor.

Y nos habla de quien habita al abrigo del altísimo, en este texto se establece una correlación entra la frase A y la frase B, pero al mismo tiempo se nos muestran dos actos y dos presentaciones específicas de Dios. Por un lado, se nos habla de habitar con el altísimo, y por el otro morar bajo la sombra del omnipotente, la primera expresión parece manifestar una comunión continua con el Dios santo (cp. Sal. 7:17; 9:2; 18:13; 46:4; 78:17, 56; 102:19), el concepto expresa la idea de que Dios es infinitamente transcendental. Así mismo, aquel que habita, es el mismo que morara en la sombra del Dios todopoderoso (cp. 17:8; 36:7; 57:1, Is. 4:5-6). La idea en ambos conceptos es la de la seguridad por medio de la devoción, la protección por medio de la piedad, habitar con Dios es equivalente a estar seguros en Dios.

El sentido más absoluto que la Biblia confiere a la altura es una imagen de trascendencia (lo perteneciente al otro mundo) y de lo divino. Implícita en estas imágenes tenemos una jerarquía vertical en la que Dios y el mundo espiritual invisible que él habita se encuentran cualitativamente «encima» de la experiencia terrenal. No deberíamos ignorar la base física de este simbolismo: «alto es el cielo sobre la tierra», dice el salmista (Sal 103.11), y la imaginación humana siempre ha representado el cielo arriba.[1]

Esto viene desde un aspecto de confesar quien es Dios para el salmista, la declaración es una confesión de fe ante la presencia de Dios y que en este caso es una declaración pública también: Dios es su refugio, su fortaleza y el Dios en quien confía. Un refugio es un lugar seguro, un espacio donde es posible descansar y adquirir nuevas fuerzas, donde el enemigo no te puede alcanzar. En este caso el término “fortaleza” equivale a exactamente lo mismo, un lugar seguro en el cual David se encuentra cubierto y protegido. Esto se expresa en confianza.

Dios como refugio. Para los escritores de la Biblia, Dios es el refugio supremo. El libro de los Salmos es el texto primordial, con casi cincuenta referencias. Los autores describen principalmente a Dios como alguien «en» quien el pueblo del *pacto se refugian; pero a veces al refugio se le atribuye una imagen más específica. El refugio permitido por Dios se describe, pues, de formas diversas como una roca (Sal 18.2; 31.2; 62.7; 94.22), *alas (Sal 36.7; 57.1; 61.4; 91.4), una fortaleza (Sal 59.16; 71.3; 91.2) y una *torre fuerte (Sal 61.3). Salmo 144.2 es una buena imagen compuesta: «Mi castillo, fortaleza mía y mi libertador, escudo mío, en quien he confiado» (RVR1960).[2]

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Versículos 3 al 8

Las declaraciones que aparecen a continuación parecen ser dadas por David al pueblo, mientras que en el versículo 2 hablaba con Dios, en el versículo 3 en adelante empieza a hablar con el pueblo reunido en adoración.

Primero afirma que él es quien libra del cazador (evocando la idea de asecho y problemas no previsivos), y de las plagas que traen muerte. Tanto una como otras evocan peligros que no pueden ser evitados por las criaturas, por consecuencia, peligros que no pueden ser evitados por los seres humanos, peligros que van más allá de su capacidad de preparación. La fragilidad del ser humano se presupone, vivimos en un mundo en el cual no tenemos control de trampas del cazador, ni siquiera podemos verlas, tampoco podemos huir de las plagas mortíferas, ellas llegan y traen muerte en derredor (cp. 124:7; 141:9; Pr. 7:23).

Pero, ¿Por qué? Porque él nos cubrirá con sus alas como lo hace una gallina con sus polluelos, tiernamente Dios trae a los suyos ante su presencia para protegerlos, si bien la figura de la gallina con los polluelos evoca la idea de una protección celosa y radical. Dios no es débil como una gallina, Él es en cuanto a poder el todopoderoso y en cuanto a seguridad una fortaleza. El mismo Señor hablo de esto refiriéndose a Jerusalén (cp. Mt. 23:27).

Lo interesante es que la Palabra de Dios se erige aquí como una forma de seguridad de la misma característica de Dios. Dicho de otra forma, el habitar con Dios es equivalente a vivir en su Palabra. En este caso la Palabra es descrita como un escudo y un baluarte, este baluarte era una edificación que sobresalía sobre las murallas. El Diccionario de Alfonso Lockward:

Obra de ingeniería militar mediante la cual se establece un punto estratégico, en forma de torre o plataforma, desde el cual se hace posible o se facilita el ataque a una ciudad o fortaleza. También se aplica a una parte de una fortificación que sobresale sobre el resto y que facilita la defensa. Pero la mayoría de las veces se usa en la Biblia con el sentido de una fuerza agresora que levanta esta estructura para su ataque.

El segundo concepto planteado por Lockward parece ser el más acorde, ya que aquí la idea de defensa, protección y cuidado es lo que prevalece.

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Los temores desaparecen a través de estas verdades: el temor a los terrores de la noche ya no estará presentes, ni tampoco a las armas como las flechas, ni tampoco la peste de la noche, ni la plaga que destruye al medio día (vv. 5-6). Dicho de otra forma, ni de día, ni de noche, temeremos al peligro, Dios está con nosotros. El lenguaje de la batalla, y la experiencia misma de David entreteje la declaración de que mil caerán a la izquierda y diez mil a la derecha, siendo victoriosos, pero también que no caerán ante el justo.

Si bien la «flecha» es arma empírica conocida, lo grave de esta flecha es que vuela sin saber de dónde ni adónde; como un disparo a la ventura (recuérdese la muerte de Ajab en campaña, 1 Re 22,34). Los otros tres seres están personificados y pertenecen a un mundo que el israelita no comprende ni controla. El primero se llama Espanto: no como efecto psicológico, sino como objeto y causa que actúa de noche. El tercero se llama Peste, se aprovecha de la oscuridad para sus movimientos. El cuarto se llama epidemia, está al acecho cuando más brilla el sol. Aliados, los cuatro forman un escuadrón terrorífico que amenaza al hombre sin cesar y con armas incontrastables.[3]

Versículos 9 al 13

Este texto reafirma la declaración de fe del cristiano en los primeros versículos, poner a Dios como nuestro refugio, al Señor como nuestra protección, es algo que se presupone desde el principio (vv. 2-3). Pero en este texto se coloca como una idea condicionada, o como una secuencia lógica, la NVI dice “Ya que has puesto a Dios…”, mientras que la NTV “Si haces del Señor…”, BTX “Por cuanto has puesto a Dios…” en ambos textos nos invitan a confirmar la verdad de que Dios es nuestro refugio o protección. Si esta base es cierta, entonces, disfrutaremos de lo que dice el salmista.

En este caso el texto nos dice que no vendrá mal sobre nosotros. Pero lo dice en virtud del servicio de los ángeles, estos estarán cuidando al creyente en todos sus caminos, es decir, en toda su vida y en todo momento (de día y de noche). El Salmista afirma que estos ángeles nos levantaran para que no tropezamos con piedra alguna, lo que muestra que no solamente están en ese servicio para proteger de aquello que viene contra nosotros sino también para ayudarnos y servirnos en el camino que transitamos.

La última expresión, la cual parece ser un tanto extraña, parece indicar el camino del campo en el cual muchos Israelitas se adentraban para conseguir agua, pastorear ovejas, buscar plantas, etc., también recordemos que en ese entonces las fieras y las serpientes también estaban en las tierras, si bien David habitaba en una ciudad esta no era como Valencia o Nueva York, incluso en algunas ciudades, donde anteriormente eran habitados por estos animales, se han visto casos de cocodrilos, serpientes y osos irrumpiendo en estos lugares[4].

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David mismo cuando dio su declaración de fe sobre la victoria que le aseguraba el Señor sobre Goliat afirmo un pensamiento semejante (cp. 1 Sam. 17:37), lo que es interesante es que este mismo pensamiento y convicción fue la que sostuvo para derrotar no una fiera, sino a un gigante. Lo cual nos muestra que esta idea más que ser exclusiva es un principio universal. Esta sección muestra el componente espiritual, misterioso y sorprendente de la protección del Señor (cp. Ro. 16:20; Hch. 28:3-6).

Versículos 14 al 16

Los versículos 1 al 2 podríamos considerarla como una declaración general y personal, el salmista afirma su confianza en el Señor. Luego, en los versículos de 3 al 8 es una clase de exhortación a confiar al Señor al igual que en 9 a 13 (aunque en este último parece más bien una declaración de un hecho o de la obediencia a la exhortación), pero en los versículos 14 al 16, ya no habla el Salmista, Dios toma sus labios (o su pluma) y declara sobre alguien una serie de bendiciones, esto debe entender como una declaración aplicable a todo aquel que cumpla con lo dicho en el Salmo pero también sabemos que apunta a alguien más, apunta a Cristo.

La carga de esta declaración está en el hecho de que Dios mismo habla en términos personales, y nos explica que Dios mismo se compromete a librarlo porque se acoge a Él, que Dios mismo lo protegerá porque reconoce su nombre (que implica a Dios mismo, cp. Sal. 9:10).

Lo segundo en este texto es la promesa de responder las oraciones, lo cual concuerda conforme a lo que dice el Señor (cp. Jn. 15), es decir, aquel que se apega al Señor este mismo contará con la posibilidad de llamar al Señor y él le responderá. Esto se explica cuando afirma que Él estará con él en momentos de angustia, allí, el Señor lo liberará y no solo eso, sino que también le concederá honores (cp. 1 Sam. 2:30; Sal. 137:8; Is. 41:10; 43:1-2; Jn. 12:26, 43).

En el pensamiento hebreo largos años de vida implica una vida plena, la bendición de Dios sobre ellos, y su protección continua (cp. Sal. 21:4; Job. 5:26; Pr. 3:2, 16; 22:4; Is. 65:20-22), esto muestra que esto se relaciona con el patrón de sabiduría y también con el patrón de rectitud con el cual Dios promete largura de vida.

Ahora, la segunda declaración del versículo 16 habla de gozar de la salvación, esto puede entenderse como el gozo de la salvación, pero ¿Cómo se entiende esto? Por un lado, esto implica la salvación, quien pone su confianza en Dios, deposita su fe en Él, Dios le concede su salvación, pero esto también es una promesa a gozar de la salvación. Así se promete la salvación, pero también una relación gozosa de continua adoración y deleite en Dios (cp. 16:11; 36:8; 50:23).


[1] Diccionario de simbolos, Logman III.

[2] Ibid.

[3] Alonso Schoekel, pag. 237

[4] https://www.bbc.com/mundo/noticias/2016/05/160521_cocodrilos_nilo_florida_everglades_eeuu_egipto_peligrosos_ps

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