Explicación Malaquias 1:9-13

Templo con cadenas

Indice de contenido:

En el libro de Malaquías, específicamente en el pasaje de Malaquías 1:9-13, encontramos una poderosa reflexión sobre la actitud del pueblo de Dios hacia su Señor. Este pasaje ofrece un contraste entre la actitud de los gentiles y la del propio pueblo de Dios, provocando una profunda reflexión sobre la reverencia y la devoción que se le debe al nombre del Señor.

A través de un análisis detallado, exploraremos la importancia del honor al nombre de Dios, la relación con la actividad en el templo y su significado en el contexto histórico y espiritual. Acompáñanos en esta exploración profunda de las enseñanzas de Malaquías y descubre la relevancia eterna del nombre de Dios para su pueblo.

Versículos 9 al 10

Pero ellos deseaban pedir el favor de Dios, Pero ¿cómo pueden hacerlo con tales ofrendas? ¿Cómo es posible que estas personas sean tan descaradas al considerar que Dios les concederá de su favor a aquellos que desprecian su nombre y su mesa? Lo que está implícito es que Dios está indignado con su pueblo por tales actos, aunque no lo diga explícitamente, el tono y las palabras transmiten este mensaje sin duda. Los sacerdotes debían cumplir su función intercediendo por el pueblo para que Dios mostrará su favor ¿Pero con tales ofrendas le escucharía? ¿Mostraría realmente su favor sobre ellos y el pueblo? El Señor Dios deja claro que tal cosa no va a suceder.

En el versículo 10 muestra la profunda indignación de Dios, el simple hecho de mostrar el deseo de que alguien viniera a cerrar las puertas del templo para que dejaran de hacer tal abominación muestra su indignidad ante tal abominable adoración. La NVI traduce de forma magnífica “¡Cómo quisiera que alguno de ustedes clausurara el templo, para que no encendieran en vano el fuego de mi altar!” (v. 10a) Y luego muestra que es un asunto personal con su pueblo, no es simplemente que han elaborado mal sus ofrendas o que han fallado en el proceso de producción de incienso agradable ¡Se trata de ustedes Israelitas que desprecian mi nombre, que están alejados de mí y que han ido en pos de sus propios intereses!

Leer más  Explicación de Malaquías 1:6

Ellos había desagrado a Dios, Dios no se agradaba ni se deleitaba en su Iglesia, ellos habían dejado de adorar de forma agradable al Señor (cp. Is. 1:11-15; Jer. 6:20; Am. 5:21-24; Heb. 10:38), esto demuestra que había un problema principalmente en el corazón de los adoradores y que el problema más que con los animales o los panes estaba en el corazón del pueblo que había despreciado a Dios (Sal. 37:23; 40:6; 51:6).

Dios da como resolución que no aceptará ofrenda de sus manos, el no estará presente para recibir el incienso, el cordero o el pan en su mesa. Tales actitudes hacen que Dios oculte su rostro de ellos, que no les muestre su favor y que les quite la paz. Dios maldice a tales actos deshonestos (v. 14), y aborrece quien aborrece su mesa (v. 12). El asunto en estos versículos, como en los demás, y en el resto de la Escritura, es que Dios se fija tanto en la ofrenda (según las posibilidades de los hombres) como en la actitud que toman.

Versículo 11

El pasaje empieza con “porque…” indicando en este caso la razón del versículo anterior, el pensamiento sucinto del versículo 10 es que es el rechazo de Dios de ellos y sus ofrendas. La razón es que el nombre de Dios se honra en otras naciones, pero el mismo pueblo de Israel no honra a su Padre y su Señor.

Lo cual es aún más grave, porque ¿Si el pueblo con el cual Dios ha hecho un pacto de amor no le honra, y aquellos que están lejos si lo hacen, no vienen a ser reprensión por su dureza de corazón? La preocupación en Malaquías, con relación a los pueblos gentiles, pareciera ser la confrontación de un pensamiento de sí mismos y las naciones completamente diferentes, ellos piensan que fuera de su nación no hay pueblo de Dios, e incluso, en su hipocresía y egoísmo ¡Hasta se consideran mejores que ellos!

Leer más  Explicación Malaquias 4

Desde donde nace el sol hasta donde se pone, es una expresión que quiere decir toda la tierra, o todo lo que está debajo de los cielos. Aunque también puede señalar desde oriente hasta occidente. Dice que es grande su nombre, nombre que los sacerdotes Israelitas desprecian (v. 6). Esta declaración genera cierto grado de dificultad ¿Aquí se refiere a una profecía futura? ¿O una presente? ¿Se refiere a los Israelitas esparcidos en la diáspora o incluye también a los gentiles? Con la poca información que da el libro es difícil dar una respuesta.

En todo caso, lo que el profeta continúo diciendo es que consecuentemente se ofrece ofrenda al Señor, relacionando directamente así el honrar el nombre de Dios y la actividad en el templo (Sal. 113:3; Is. 45:6; 59:19; 61:8-9; Zac. 8:7) Dios mismo por medio de Ezequiel, dijo reivindicaría su nombre (el nombre que habían profanado los Israelitas) entra las naciones (Ez. 36:22-38).

El texto hace un énfasis en la grandeza del nombre de Dios, e insiste en este hecho, aquí se evidencia que este nombre es algo más allá que cuatro letras hebreas sin consonantes. Era la presencia bondadosa de Dios para con ellos.

Versículo 12

El contraste marcado con el pensamiento anterior con un “pero ustedes lo desprecian…” aquí la palabra es traducida mayoritariamente como profanar y significa perforar o romper, indica afectar la integridad de un objeto, de allí que también puede ser traducida como mancillar o contaminar (ej. Ez. 22:6; Ex. 20:25; Lev. 21:4). Aquí significa que ellos han deshonrado y profanado el nombre de Dios al decir “La mesa del Señor es despreciable”.

Aquí el contraste está entre la actitud de los gentiles y la actitud del mismo pueblo de Dios, la duda sobre la realidad presente o futura queda pendiente aún, pero no debemos perder el enfoque, esto sigue siendo una reprensión y una forma de despertar al pueblo de Dios para que le sirva con la mejor de su corazón (cp. Ro. 12:1-2).

Leer más  Explicación Malaquías 1:6-8

Versículo 13

Incluso llegan a expresar ¡Ay, que fastidio! (LBLA) ¡Que hastió! (NVI) ¡Que fatiga! (PER), haciendo esto por supuesto que demuestran un altísimo desprecio de parte de ellos hacia el Señor. La Palabra utilizada aquí para fastidio, hastió o fatiga solamente aparece en este texto, en LXX se utiliza el término más como una expresión de agravio, la NTV pareciera seguir la LXX, aunque particularmente la expresión “Es demasiado servir al Señor” no tiene sentido en el contexto. Esta expresión de agravio de parte de ellos, muestra que no se deleitaban en la adoración como Dios había demandado de ellos.

Esto se ve aún más cuando ellos mantienen una conducta impía en las ofrendas, ¡Ellos traían lo enfermo, lo cojo, e incluso lo robado! Trataban de tratar a Dios como un dios pagano que se contenta con la superficial ofrenda de un cordero malogrado, sin levantar su voz por medio de sus profetas, que aun estos traten de honrar a Dios con desobediencia.

La religiosidad hipócrita estaba en su punto extenuante nuevamente, y sigue hasta los tiempos de Cristo con los fariseos. Dios había prohibido de forma explícita y clara sobre estos asuntos, y aún más los sacerdotes eran encargados de reprender, corregir e instruir a la iglesia en relación con estos asuntos (Deu. 15:21; Lev. 22:19-23; Am. 5:23).

La pregunta, teniendo en cuenta la clara revelación bíblica, e incluso la misma determinación de Dios en su carácter santo y aún más por la declaración básica de sentido común en relación con los gobernantes, vuelve a preguntar ¿Aceptaré esto de parte de ustedes? La respuesta hiperobvia es ¡Por supuesto que no!

El problema sigue siendo, una vez más, el mismo: la actitud y la ofrenda, el corazón y el sacrificio, ambas cosas distintas caras de la misma moneda: la adoración aceptable a Dios.

Aprende más de la biblia

Scroll to Top