Explicación Malaquias 3:13-18

Explicacion de Malaquias

Indice de contenido:

En esta sección del libro de Malaquías, el profeta contrasta las actitudes y los destinos de los justos y los impíos en Israel. Mientras que los impíos se quejan de que servir a Dios es inútil y envidian la prosperidad de los soberbios, los justos se animan unos a otros y temen al Señor. Dios promete que los recordará y los protegerá en el día de su juicio, cuando se hará evidente la diferencia entre los que le sirven y los que no. Este pasaje nos desafía a examinar nuestra relación con Dios y a confiar en su fidelidad y recompensa.

Versículo 13

La NVI traduce insolencias, pero literalmente el texto habla de palabras violentas o duras, y refiere un acto violento en contra de Dios como si fuera su enemigo. Pero pareciera que ellos no entendieran de que habla Dios “¿Qué insolencias hemos dicho contra ti?”

Como si le preguntarán ¿De qué estás hablando? ¿Cuándo hemos dicho palabras duras o hemos afirmado insolencias en tu contra? Nosotros no sabemos de qué estás hablando. Pero la realidad de esta insolencia se encuentra dentro de sus pensamientos, o tal vez sus conversaciones, semejantes a los impíos y demonios, se habían vuelto (Sal. 10:11; Is. 5:19; 37:23; 2 Tes. 2:4).

Versículos 14 al 15

La afirmación de este versículo explica lo que quiere decir el versículo 13, la afirmación de los Israelitas es que es vanidad servir a Dios, cuando de hecho es lo contrario (Ec. 12:13), lo cual es un mensaje presente tanto en tiempos de Nehemías como en el libro de Malaquías (Mal. 1:6; 3:14, 17, 18; 4:4; Neh. 9:35), la idea es que no tiene sentido obedecer al Señor, puesto que eso no trae bendición sobre ellos, ignorando totalmente las declaraciones del pacto (Dt. 27-28).

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¿Hay beneficio en obedecer y servir al Señor? ¿Consideran esto como lo primordial? Estas preguntas son bastante serias y son preguntas que todo cristiano debe responderse con sinceridad, podemos fácilmente ver a los Israelitas del tiempo de Malaquías de una forma equivocada, pensar que son ellos los que piensan eso y que nosotros estamos exentos de este pecado.

Su lógica parte de la prosperidad de los malvados, un problema que es reconocido en las Escrituras (Ecl. 7:15), por lo que no es un problema nuevo (Ecl. 8:12-13; Job. 21:27; Sal. 37:1, 7; 73:3-13; Jer. 12:1-2) ¿Cómo enfocarlo entonces? Esto es llamado el problema del mal, y es bastante debatido entre muchos, tratando de buscar una salida racional a ello. No obstante, la Escritura llama a todo hombre bajo la promesa de bendición y cuidado a la obediencia, promesas que van más allá de esta vida, incluso más allá de nuestra generación (Ex. 20:4-6).

Ellos afirman que han de llamar dichosos a los soberbios y malvados, el término usado aquí en la LXX es el mismo que se usa para hablar de la bienaventuranza de María (Luc. 1:48) o de la perseverancia de los antiguos como Job (Stg. 5:11). El mismo término fue usado antes para indicar las bendiciones dadas por Dios a causa de la obediencia (v. 12), pero ahora es usado para referirse a los malvados ¿Acaso esto no es una insolencia?

Versículo 16

Dios mismo está observando este discurso insolente, y lo que afirma el profeta acerca de Dios es de mucho interés. La afirmación es lo que Dios hizo al contemplar estas afirmaciones, el texto es algo difuso y no pareciera tener mucha claridad.

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La idea es que aquellos que son la excepción dentro de estos hombres son considerados por Dios, esto a su vez sirve como contra argumentos de los versículos 14 y 15, aquellos que temen al Señor son anotados en su libro (ver Sal 56:8; Dan 7:10; Mt. 12:35-37; Ap. 20:12), los temerosos son considerados en otras ocasiones en el libro de Malaquías (Mal. 3:5; 4:2), Dios tiene registro de aquellos que le temen y honran su nombre (Is. 50:10; Sal. 111:10; Job. 28:28), que no es otra cosa que servirle y obedecerle.

Versículo 17

Ahora este versículo nos habla del día que Dios actúe, claramente anticipa un juicio sobre las naciones o un juicio final, sea como sea por el carácter de Dios en referencia a los hombres, es inminente un juicio, pero ¿Qué pasará en ese entonces? Los temerosos serán su propiedad exclusiva (Ex. 19:5; Deu. 7:6; 14:2; 26:17-18; Is. 62:3-4; 1 Pe. 1:29), esto encuentra su cumplimiento en el NT al adoptar y hacer de aquellos hombres temerosos y siervos fieles de Dios.

En ese día Dios tendrá compasión de aquellos, tal como un padre tiene compasión de un hijo que le sirve, es decir, que Dios mirara tiernamente a aquellos que fielmente le sirven y ponen sus vidas en obediencia a ellos.  Dios valora y considera con atención la obediencia de los justos (Neh. 13:22; 103:13; Jer. 31:20; 2 Co. 6:18; 1 Jn. 3:1-3), una obediencia humilde y comprensiva del carácter de Dios y su voluntad.

Aquí existe la idea de propiedad (1 Co. 6:20) y la idea de adopción (2 Co. 6:18).

Versículo 18

Finalmente, el Señor afirma que a través de esto ellos lograran distinguir verdaderamente esta realidad que los lleva a hablar de forma difamatoria en contra de Él. Cuando llegue ese día entenderán que verdaderamente Dios hace diferencia entre el justo y el impío, ellos volverán a distinguir que va mal a los malvados y va bien, junto a Dios, a los justos (Sal. 58:11).

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Esta es la conclusión del versículo 17 todo se resume en “el día en que yo actúe…” allí se verá que vale la pena vivir para Dios, no todo puede ser juzgado en vista de la vida presente, no todo se basa en esta pobre vida, Dios tiene un plan más allá de esto ¿Pensamos nosotros pertenecer a este plan? ¿Pensamos vivir conforme a la visión que Dios tiene? Entonces pondremos nuestras vidas a su servicio, atesorando tesoros en el cielo y no en este mundo (ver Jos. 24:15; Jn. 12:26; 1 Tes. 1:9; 2 Tes. 1:5-10)

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