Explicación Filipenses 1:1-2

Escribe Pablo filipenses

Indice de contenido:

Filipenses 1:1-2 es un pasaje bíblico que contiene el saludo del apóstol Pablo a la iglesia de Filipos, una ciudad de Macedonia donde él había predicado el evangelio unos años antes. En este saludo, Pablo expresa su gratitud, su amor y su confianza en los cristianos filipenses, que habían sido sus colaboradores y benefactores en la obra de Dios.

En este artículo, vamos a explicar el significado y la aplicación de este pasaje, considerando el contexto histórico, el propósito de la carta y el mensaje teológico de Pablo. También vamos a ver cómo podemos aplicar las enseñanzas de este pasaje a nuestra vida cristiana hoy en día.

Para ello, vamos a dividir el pasaje en tres partes:

  • La identidad de los remitentes: Pablo y Timoteo, siervos de Jesucristo (v. 1a).
  • La identidad de los destinatarios: todos los santos en Cristo Jesús que están en Filipos, con los obispos y diáconos (v. 1b).
  • La bendición de los remitentes: gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo (v. 2).

En cada parte, vamos a analizar las palabras clave, las referencias cruzadas y las implicaciones prácticas. Al final, vamos a resumir las principales lecciones que podemos aprender de este pasaje y cómo podemos aplicarlas a nuestra relación con Dios y con los demás.

Versículo 1

Pablo coloca a su discípulo Timoteo conjuntamente consigo mismo como representantes de la carta enviada, aunque queda claro que la carta en general es bastante personal. Puede que este añadido sea parte del saludo.  Ambos son señalados como siervos o esclavos del Señor Jesucristo, es decir, ministros dedicados al servicio de la casa de Dios para el beneficio de los hijos de Dios y la gloria de su nombre. Mostrarse, así como esclavos y como sirvientes por beneficio del Evangelio, muestra humildad, y la actitud con la cual se escribe la carta.

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Los receptores son el pueblo santo de Dios, mostrando así la santidad y la pertenencia, así como los escritores son siervos de Dios, los remitentes son pueblo santo de Dios. Haciendo mención de honor a los ministros, a los obispos y los diáconos. Es una relación enmarcada por Dios, son siervos de Dios escribiendo las Palabras de Dios al pueblo de Dios.

Pablo no utiliza el término “apóstol” como lo ha usado en muchas otras ocasiones, sino que comparte un mismo término con Timoteo, tal vez por la cercanía que tenía con los Filipenses, y también por el tono pastoral, y personal de la carta en general. La santificación o la santidad del pueblo de Dios son en Cristo, indicando la doctrina de la unión mística con Cristo. La verdadera comunión de la Iglesia y en virtud de la cual se entiende correctamente la santidad de la Iglesia.

¿No es igual en la predicación? ¿No somos siervos de Dios hablando de las Palabras de Dios al pueblo de Dios para la gloria y honra de Dios? ¿No es una tarea y un momento solemne? ¿No se escucha un silencio de expectación en la realidad espiritual? Las Palabras suenan y calan en el alma y la conciencia, transformando y llenando nuestras vidas.

Versículo 2

El saludo común de Pablo para todas sus epístolas, mostrando la Palabra como medio de gracia y paz para la Iglesia. En un concepto amplio, Dios da gracia y paz por medio de su Palabra, no es simplemente un saludo, sino también una bendición ministerial de Pablo hacia sus amados filipenses. Así, Pablo muestra aún en las primeras palabras su amor y su corazón hacia los filipenses, al mostrarse como un siervo y deseando la gracia y la paz para los receptores.

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Puedes ahondar más en este y otros temas visitando nuestra explicación del libro de Filipenses. Allí encontrarás el contexto histórico, cultural y teológico, además de todas las explicaciones de cada versículo y pasaje.

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